miércoles, 26 de noviembre de 2008

Más noticias sobre el cementerio de nuestra ciudad en 1889.

Nos relataba el semanario hellinero republicano “EL AMIGO DEL PUEBLO” una serie de noticias referentes a nuestro cementerio en el año 1889,

La primera data del 17 de junio, ese día publico un jocoso cometario sobre el cementerio ya que se encontraba en pésimas condiciones.

“Se dice por ahí que el Ayuntamiento de Hellín ha encargado a Cartagena, y que no tardaran en llegar a esta población, una barquichuela para servicio sepulturero, o sea, el carrote de nuestra laguna espiga o vulgar cementerio.
También cuentan que han acordado que en lo sucesivo, los enterramientos en dicho cementerio se hagan por buzos, para cuyo servicio se contrataran a cuatro ó cinco du estos, que prestaran servicio como ayudantes de sepultureros.
Asimismo, se ha susurrado, aunque por nuestra parte no lo creemos, que en previsión de las frecuentes inundaciones que convierten en estanque el susodicho cementerio, sea acordado percibir ciertos números de botes salvavidas para usos de los muertos.
Así que estos rumores nos parecen algo aventurados”.

Pero seguían diciendo:

“El Ayuntamiento conservador ha conseguido modificar el catecismo, que habíamos aprendido entre obras de misericordia estaba la enterrar a los muertos.
Creíamos que en esta materia no cabía ya la perfección, pero nuestros ediles nos han demostrado lo contrario.
Gracias a ellos, hoy dejemos que una de las obras de misericordia es encharcar a los fallecidos.

La segunda de las noticias es de ese verano en la editorial de este mismo semanario decían:
“El miserable corralón donde se alojan los que mueren en Hellín se halla convertido en un miserable lozal.
La fosa común, ese último albergue del que carece de dinero, se encuentran lleno de agua por efecto de las continuadas lluvias y de los materiales que allí surgen, sin alcance siquiera de disminuir los dos obreros que sean encargado de estas operaciones
con un cubo de pozal como único aparato para la operación..
Nos han contado noticias los familiares de los enterrados, un poco escalofriantes ;no permiten que se depositen estos en charcos ; el sepulturero hace una fosa que apenas basta para contener el cadáver ,y en la más pequeñas lluvias el cadáver es descubierto por las aguas y sale a flote.

Otras veces el encargado del cementerio aguarda que se marchen los acompañantes del difunto y cuando esta solo lo echa en la fosa común que esta llena de agua.
Hace unos días , el padre y el tío ,respectivamente , de los dos niños difuntos , se vieron en la obligación de cavar ellos mismos la fosa en donde depositar los cuerpos sin vida de tales criaturas , puesto que el fúnebre se negó a realizarla ,puesto que este empleado del Ayuntamiento ve mas fácil el zambullir a los muertos que el enterrarlos”.

Esto eran unas noticias jocosas sobre lo que ocurría en nuestro cementerio en esos años

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