miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Conde de Floeridablanca José Moñino y Redondo personaje ilustre en Hellín


El conde de Floridablanca, de Francisco de Goya. 1783. Colección del Banco de España (procede la colección del Banco Urquijo)




José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca (Murcia, 21 de octubre de 1728 - Sevilla, 30 de diciembre de 1808) fue un político español.

Sus primeros años Inició sus estudios en Murcia y después en Orihuela donde se graduó en leyes. Estudió abogacía en la Universidad de Salamanca, profesión que ejerció junto a su padre durante algún tiempo. Sus contactos como abogado con personajes influyentes, como el duque de Alba o Diego de Rojas, le facilitaron la entrada en el Consejo de Castilla como fiscal de lo criminal en 1766. Allí estableció una relación estrecha con Campomanes, consagrándose ambos en la defensa de las prerrogativas de la Corona frente a otros poderes y, en particular contra la Iglesia (regalismo).

En 1767 actuó contundentemente contra los instigadores del motín de Esquilache en Cuenca y colabora con Aranda y Campomanes en la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española ese mismo año. En 1772 es nombrado embajador plenipotenciario ante la Santa Sede, donde influyó en Clemente XIV para obtener la disolución definitiva de la Compañía de Jesús, objetivo que alcanza en 1773. En premio a estos servicios, Carlos III le nombra conde de Floridablanca ese mismo año.


Su etapa ministerial El 19 de febrero de 1777 toma posesión como Secretario del Despacho de Estado (especie de ministro de Asuntos Exteriores), cargo que ocuparía hasta el 27 de febrero de 1792, ocupando interinamente la Secretaría de Gracia y Justicia entre 1782 y 1790. Floridablanca orientó la política exterior de Carlos III hacia un fortalecimiento de la posición española frente a Inglaterra, motivo por el que interviene en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos junto a Francia y las colonias rebeldes en contra de Inglaterra (1779-1783), gracias a lo cual consigue recuperar Menorca (1782) y Florida (1783). Sin embargo, no es capaz de tomar Gibraltar tras el Gran Asedio. Potenció también la amistad con los príncipes italianos de la Casa de Borbón y con Portugal (con la que firma un tratado de amistad en 1777, el tratado de San Ildefonso, por el que obtiene las islas africanas de Annobón y Fernando Poo).

Pronto se vio enfrentado al partido aragonés que encabezaba el conde de Aranda, pues Floridablanca pretendía reequilibrar las instituciones de la Monarquía dando más peso al estilo de gobierno ejecutivo de las Secretarías de Estado y del Despacho, mientras que Aranda defendía el estilo tradicional que representaban los Consejos. En esa línea creó en 1787 la Junta Suprema de Estado (presidida por él mismo), que respondía a la idea de coordinar las distintas secretarías en una especie de Consejo de Ministros, obligando a todos los secretarios a reunirse una vez por semana.

Ante esta situación, Floridablanca quiso abandonar su cargo, sin resultado, puesto que el testamento real estipulaba que el hijo y sucesor del rey Carlos III debía mantener su confianza en el Conde de Floridablanca. En 1789 el pueblo de Madrid, en múltiples panfletos, acusaba a Floridablanca de robo y de deslealtad a la Corona. Éste quiso dimitir, decisión no admitida por Carlos IV, el cual creó varias secretarias (Gracia y Justicia, Real Casa y Patrimonio) para aliviar los trabajos de Floridablanca.

Antaño reformista, los sucesos de la Revolución Francesa hacen cambiar de forma radical su punto de vista político, convirtiéndose en abanderado de una fuerte reacción, que lleva al encarcelamiento de Francisco Cabarrús y la caída en desgracia de Jovellanos y Campomanes. El 18 de julio de 1790 sufre un atentado, del que escapa ileso y dos años más tarde Carlos IV le destituye y es apresado en su casa de Hellín. La subida al poder de Aranda le lleva a la cárcel en la ciudadela de Pamplona, bajo acusaciones de corrupción y abuso de autoridad. A la caída de Aranda, sustituido por Manuel Godoy, es liberado (1794). Sin embargo, Floridablanca no vuelve a intervenir en asuntos políticos y se retira a su ciudad natal, Murcia.


Su oposición a la invasión napoleónica Tras el levantamiento de Madrid contra los franceses (2 de mayo de 1808), José Moñino organiza la Junta Suprema de Murcia y es nombrado poco después presidente de la Junta Central Suprema,[2] muriendo al poco tiempo en Sevilla.




Predecesor:
Jerónimo Grimaldi Secretario de Estado de España
1777-1792 Sucesor:
Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda
Predecesor:
Creación de la Junta Presidente de la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino
1808 Sucesor:
Vicente Ossorio de Moscoso Álvarez de Toledo, Marqués de Astorga


Referencias ↑ Seco Serrano, C. (2004): La quiebra del sistema de gobierno de Carlos III, en L'Espagne, l'Etat, les Lumières : mélanges en l'honneur de Didier Ozanam / coord. por Bernard Vincent, Jean-Pierre Dedieu, Casa de Velázquez: Maison des Pays Ibériques ISBN 84-95555-61-1, pags. 309-324
↑ Instrucciones del Conde de Floridablanca a la Junta de Murcia, para la erección de la Suprema Central del Reino. Murcia, 19 de agosto de 1808.

1 comentario:

narciso dijo...

Un personaje apasionante el Conde de Floridablanca. Ambicioso acabo desterrado en Hellin. Tal vez se alojo en la Casa Salazar, con ese impresionante patio que debe tener unico sitio posible para meter los carruajes del exsecretario de EStado. Podian hacer un Parador de Turismo en esta enorme casa solariega y quen llevara el nombre del Conde. Por si se alojo o porque estuvo seguro acogido por los franciscanos vecinos el politico que expulso a los jesuitas. Lo que es la Historia con mayusculas amigo. Y animo y felicitaciones por tu labor y digno trabajo.