


02.08.08 -
¿Ay, don José Zamorano, delicioso imaginero, maestro, mago y soberano y legendario hellinero sensible y lleno de luz que regalaste ternura, la Virgen de la Amargura solloza junto a la Cruz...! Zamorano, escultor universal, acabo de enterarme de tu partida a la parcela Celestial y he sentido una punzada en el corazón porque sin conocerte personalmente te admiraba y respetaba contemplando los Pasos majestuosos e impagables que creaste a lo largo de una vida llena de logros. Recuerdo especialmente que allá por 1965, en el comienzo de la Semana de Pasión, me decidí a cumplir una promesa hecha en plena adolescencia: tenía que caminar descalzo detrásŽras de alguna de las imágenes de la Pasión y no sabía muy bien a quien debía acompañar. Entonces, me fijé en una Virgen divina y radiante derramando lágrimas y asida al signo de la Redención antes de procesionar.
Terciopelo negro, bordado en otro y vestido de color blanco...María, la eterna Corredentora, esculpida por un artífice singular, inspirado, qué duda cabe, por el Altísimo...
Esa era la Dama que me aguardaba... y me acerqué tímidamente a ella y la observé extasiado; luego le pregunté a don Pedro Serrano por le nombre de la Señora sin par y, él me dijo que se llamaba Zamorana y a partir de ese momento, por la Vía Dolorosa me troqué un en paje y penitente de Ntra. Señora de la Amargura, escultura única y perfecta desde todos los ángulos inimaginables... y José Zamorano Martínez, autor también de Santa María Magdalena y Jesús de la Pasión en su Caída, fue para mi un genio, un talento sin medida... Hoy, al enterarme de su muerte siento un vacío indescriptible y los días del pasado afloran...
Adiós, querido escultor, has subido ya a la Gloria y la gente, en tu memoria te despide con amor
02.08.08 -
Valeriano Belmonte
ALBACETE
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