miércoles, 3 de septiembre de 2008

"Articulo homenaje a Antonio Ruescas " Colaboración de José Luis Serrano"

Es una foto de Ruescas cuando era joven (foto Extraida del libro gentes de Hellin ;Archivo A.Moreno).
Hoy un día como otro cualquiera quiero felicitar a José Luis Serrano por su elogioso articulo dedicado al que fue para mí no solo un maestro,sino un amigo.
Serrano hacer un homenaje con este escrito, yo simplemente he puesto estas lineas de encabezando el texto.
La verdad no comprendo como a esta persona como era Antonio,se la tiene tan olvidada y no se le da nombre a una de nuestras calles.Es vergonzoso que una persona que tanto lucho por su Hellín querido, se le tenga en el saco roto del olvido. No me gusta,que aliguar que a otros sus nombres les han caido en gracia,aquien corresponda que no se olvide de nuestro paisano Ruesca y pongan su nombre a una de estas calles, les dejo con el articulo de Serrano con titulo:

"Se nos marchó al cielo Antonio Ruescas"



Con la ausencia reciente de Antonio Ruescas, Hellín pierde a uno de sus intelectuales más destacados. En su faceta humana, quienes le tratábamos hemos perdido a un amigo entrañable, de afable trato, siempre dispuesto a tendernos su generosa mano. En su familia desaparece un padre ejemplar, que lo fue no sólo de su progenie directa, sino que interpretó un papel de verdadero padre con sus nietos, haciéndose cargo de sus alimentos, cuidado y educación. Como decano de la prensa local y Cronista Oficial de esta ciudad tamborilera, su figura intelectual nos deja honrosa memoria mediante legarnos un abundante número de valiosos artículos que contribuyen a engrosar nuestro acervo cultural. Profundamente religioso, Antonio era un gran devoto, hasta el punto de que, a la hora postrera de ser introducido en su féretro de muerte, ha entrado en él vistiendo la túnica granate de la Virgen de los Dolores, a cuya hermandad pertenecía. Hombre de paz como era, jamás se enzarzó en polémicas. Por el contrario, se mantuvo siempre por encima de las ideologías y de los partidismos.

Destacaba su cordialidad en el trato a sus semejantes. <<¿Qué hay, amigo?>>, era una frase perenne en su boca cuando estrechaba su cálida mano. , hermosa palabra que testimonia su amabilidad. Tal me llamaba a mí hasta que, ganada más confianza, comenzó a decirme , aunque sin abandonar ese adjetivo. Hombre de enorme sociabilidad, trataba igual con los poderosos que con la gente más humilde. Ni se rebajó ante los grandes ni se ensalzó ante los pequeños. Bien podemos definirle como un hombre justo a quien todos querían. Pero si alguna nota por encima de las demás hay que destacar en el entrañable Ruescas, esa nota la constituye su profundo amor por Hellín.

Amor, sí. No otra cosa sentía él por su querida ciudad, a la que tantos esfuerzos y desvelos dedicó, no sólo con su pluma sino en muchos campos. Tal como se prueba el oro en el crisol y la plata en la hornaza, su acendrado amor a Hellín ha resistido todas las pruebas, incluso las más duras. Una primera demostración de sus sentimientos la hay en el hecho de que siempre se negó a abandonar esta tierra. Tentaciones de mayores posibilidades económicas y de otra índole no le faltaron. Si se hubiera marchado a Madrid, como muchos de sus familiares, hubiera corrido una suerte parecida a la de ellos, pues bastantes se situaron en medios nacionales de radio y televisión. Él, en cambio, prefirió no abandonar nunca Hellín, y acomodarse a su modesta posición de funcionario municipal y, durante algún tiempo, secretario del Juzgado. En reciprocidad a ese amor, nada extraña que, en su funeral, el féretro de madera tuviera, cariñosamente extendido sobre él, el manto de Nuestra Señora del Rosario, la excelsa Patrona hellinera, durante una solemne misa ceremonial oficiada por tres sacerdotes en el templo de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo sagrado recinto de piedra adoradora permanecía lleno de bote en bote, rebosando una multitud de personas deseosas de honrar al difunto en su viaje postrero. Según he podido saber, diversas Autoridades, entre ellas el Exmo. Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y el Ilmo. Presidente de la Diputación Provincial, habían enviado telegramas de condolencia a los familiares. Como miembro que soy del Ateneo Hellinero, te agradezco profundamente, amigo Ruescas, que fueras uno de sus fundadores. Nos honra ello, y el Ateneo Hellinero te lo demostrará. Ahora no pagas cuota ni colaboras en las actividades. Pero en la siguiente reunión de la Junta Directiva te propondremos como miembro honorario perpetuo, y en las III Jornadas de Primavera Cultural te realizaremos un homenaje póstumo. Al margen de ello, vamos a solicitar al Exmo. Ayuntamiento que una placa en las calles de nuestra ciudad nos rememore tu dedicación a ella: "Calle de Antonio Ruescas Cano, Cronista Oficial de Hellín". Esperamos que no sea una calle cualquiera. Descansa en paz, amigo Antonio. Sembraste en Hellín muchas flores de amistad, que vivirán en la memoria durante largo tiempo.





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1 comentario:

Anónimo dijo...

buen blog