miércoles, 13 de agosto de 2008

" Nuestro Barranco del Judio"




Estas son imagenes del barranco del judío de Hellin:(Fotos Archivo del Autor).

`` Parece ser que al promulgarse el famoso decreto de expulsión de los judíos en 31 de Marzo de 1492, con el cual no les quedaba otro remedio que la fuga o el bautismo, muchos de ellos se refugiaron en Hellín, bautizándose al amparo de los generoso sentimientos de la humanidad y tolerancia de sus moradores; que con el objetivo de asegurarse de si eran o no verdaderas las conversiones al cristianismo, se empezó a exigir a todos los vecinos que por Pascual Florida entregasen una cédula que acreditara haber cumplido, en tiempo oportuno, con el Sacramento de la penitencia, exponiendo al público en las puertas de las iglesias, en la tablilla, los nombres de los que dejasen de obedecer mandato tan terminante, sugerido por el Inquisidor General Tomás de Torquemada; y refiere la tradición que los de Hellín venía cumpliendo preceptos tan sagrados, unos por verdadero fervor religioso, y otros más por temor al Santo Oficio que a otra cosa; particularmente en el reinado de Don Felipe III, en que tanto se insolentaron los inquisidores del reino, llenando de terror los ánimos y de víctimas los calabozos, al decretar la expulsión de los moriscos en 11 de septiembre de 1609, en donde tanta mano y autoridad tomaron el Patriarca Arzobispo de Valencia don Juan de la Ribera y el Obispo de Murcia don Francisco Martínez Ceniceros, cuya silla restablecida en Cartagena por el rey don Jaime de Aragón, en 1265, fue trasladada a Murcia en 1291, convencidos de que era imposible obrar la verdadera conversión de los morisco; que después, la feliz revolución de las ideas y de los progresos siempre crecientes de las ciencias y de la filosofía, obligaron al Santo Oficio a que se despojara de su excesiva severidad; y en el año 1759, cuando expiraba el reinado de don Fernando VI, que parece lo separó un siglo del de su predecesor don Felipe V, empezaba el de don Carlos III con la expulsión de los Jesuitas en 1769, se alentaron los pacíficos y honrados hijos de Hellín, algunos se afiliaron a la francomasonería y se negaron a seguir entregando la cédula; muchos nombres se vieron expuestos al público en la tablilla, y desde entonces se les empezó a llamar judíos, siendo enterrados aparte de los cristianos, en el barranco de los judíos, en el cerro de San Rafael.´´ documetación extraida de la publicación `` Proyecto de Ordenanzas del campo y huerta del término municipal de la Villa de Hellín, y reseña histórica de dicha Villa.´´ Hellín, 1883. Tp. De José María Paredes. Autor: Ricardo Mateo-Guerrero).

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