martes, 20 de enero de 2009

Historia del parque de los Bomberos




Hellín es un municipio de la Comunidad de Castilla la Mancha, situado al sureste de la provincia de Albacete, cuyo término limita con la Comunidad de Murcia.
Aunque existen referencias anteriores, es a finales del S. XIX, como en la mayoría de los lugares, coincidiendo con el desarrollo económico y demográfico, cuando encontramos, como tal, la formación de la "Brigada de Zapadores-Bomberos" contra incendios de Hellín. Concretamente es el día 1 de enero de 1891, cuando se crea este Servicio, aprobándose su reglamento un mes después.
Se organizaba y constaba de los siguientes cargos y personal: 1 Comandante, 1 Capellán, 1 Médico-Cirujano, 1 Sangrador (parece ser el equivalente a un A.T.S.), 2 Cornetas,1 Sargento, 4 Cabos, 10 Zapadores, 4 Jefes de Bomba, 30 Bomberos y 6 Carreros.; Un total de 61 componentes, número de bomberos que hoy día en muchos de los Parques nos gustaría disponer.
Detallamos algunas curiosidades de este primer Reglamento que, inevitablemente, seguro que las comparamos con la normativa actual y vigente en nuestros Servicios:
Del Capellán, concretaba que "La persona de este será respetada por todos los individuos de la Brigada, en consideración al sagrado ministerio que ejerce, y al consolador servicio que pueda proporcionar en momentos de desgracia".
Con referencia a los requisitos para acceder a las categorías de zapadores y bomberos, este documento, definía que el aspirante debía reunir necesariamente:
1? Ser vecino de esta villa, ó tener residencia fija en la misma.2? No tener menos de 22 años de edad ni mas de 45.3? Tener una talla cuando menos de cinco pies (o sea un metro seiscientos veintitrés milímetros)4? Gozar de Buena salud.5? Ser oficial de albañilería, carpintería, cerrajería o cantería.6? Tener persona que le abone.7? Observar buena conducta.
Termina diciendo que "es circunstancia recomendable el saber leer y escribir ó haber pertenecido a algún cuerpo facultativo del ejercito".
El servicio en la Brigada, era de carácter voluntario, siendo los cargos de Comandante, Capellán y Médico-cirujano puramente voluntarios, gratuitos y honoríficos. Los zapadores y bomberos no recibían remuneración alguna por sus servicios ordinarios o de guardia ?"los individuos podrán darse de baja en todo tiempo, menos cuando fueren llamados a un incendio"? pero sin embargo cuando realizaban servicios extraordinarios, se les gratificaba de acuerdo a la siguiente tabla:
Por la extinción de cualquier incendio
Cabo Jefe de bomba.....4 pesetas
Corneta.............................3 "
Zapador-Bombero..........3 "
Por último, en el capítulo de las gratificaciones, existía, para motivar al personal, un premio especial que consistía en "cien reales, que se distribuirán entre todos los individuos de esta Brigada que conduciendo la primera bomba lleguen al lugar del incendio"," Para optar a este premio no podrán ser menos de dos individuos, ni más de cinco". "No tendrán derecho a este premio los individuos que al llegar al sitio del siniestro, les falte vestir alguna prenda de su equipo o vestuario".
Un año después de su fundación, en 1.892, la prensa local, en la cual nos basamos para desarrollar este artículo, criticaba al Alcalde por ordenar al Cuerpo de Bomberos realizar retenes preventivos sólo en uno de los teatros existentes, y en el que al parecer tenía algún especial interés, descuidando el resto.
Las referencias escritas de incendios de aquella primera época son numerosas. Hay que destacar el incendio ocurrido el 20 de noviembre de 1.896 en un almacén de camas y la alarma que produjo que en este local se hallara almacenada "cierta cantidad de dinamita, pólvora y cápsulas"; ante esto ?y aún considerando "normal" el almacenamiento de muebles junto con dichas materias peligrosas? recomendaba que "sería bueno que la autoridad extremara su vigilancia para que los depósitos de explosivos no se hallen dentro de la población".
Parece ser que, tras la muerte del fundador de la Brigada, D. Pedro Guirado Frutos, se entró en una fase de desintegración o decadencia, que n 1.906 era criticada duramente en la prensa local que hacia referencia, por un lado, al estado de abandono del material y del Parque ?"trastos viejos y oxidados, mangas rotas e inservibles y bombas inutilizadas y sucias, pues nos han asegurado que no hace mucho sirvió una de ellas para extraer el retrete de una casa de cierta persona influyente con nuestros caciques"? y, por otro, a los Jefes de la Brigada, así como a "nuestras autoridades, todas, negligentes siempre con todo lo que al pueblo ataña y mas atentas a la administración en provecho propio".
A pesar de todo, no se logró impulsar nuevamente el Servicio, entrando en una época de la cual apenas se tienen crónicas de algún incendio, pero no de la Brigada de Bomberos.
Durante la II Republica, el 25 de diciembre de 1931, se produjo en el Asilo de ancianos un incendio en el que murieron dos internos, y que volvió a poner de manifiesto las carencias e ineficacia del servicio ?tal y como la prensa puso de manifiesto en sus críticas?, y la importancia de medidas preventivas, como escaleras exteriores y BIE. "El Asilo ardió, como no debía arder, si una elemental previsión, tuviese atendido al servicio de incendios cual se debe en una Ciudad como Hellín, y por un Ayuntamiento de mas de medio millón de pesetas de presupuesto".
Las últimas noticias del Servicio a través de prensa, antes de la Guerra Civil, narran la actuación del Cuerpo de Bomberos durante la extinción de un incendio en un almacén de esparto, el 3 de noviembre de 1.935. Después existe un vacío, por lo menos informativo, hasta 1954, cuando se relata un incendio en una fábrica de chocolate. El 26 de diciembre de 1955 tuvo lugar un incendio que destruyó una parte importante del convento y "los vecinos son sorprendidos por arrebatados toques de campana de la Iglesia de San Francisco".
El servicio de extinción se siguió prestando de forma voluntaria y en las mismas circunstancias que anteriormente hasta que, en 1.956, se plantea la necesidad de impulsar y reorganizar otra vez el Cuerpo de Bomberos, dotándole de un Parque y material nuevo: "este local, dotado con teléfono, habría de estar abierto permanentemente, y en el existir habitaciones para que allí durmieran los bomberos de guardia".
"Los días de guardia, en los que los bomberos, incluso habrían de dormir en el propio Parque, devengarían a cargo del presupuesto del servicio, un jornal idéntico al que cada uno perciba en su trabajo habitual".
Posteriormente, y hasta la creación del SEPEI., la atención a siniestros se realizaba con un vehículo autobomba donado por la Diputación Provincia y el personal de servicios del Ayuntamiento que, aunque se dedicaba a otras funciones principalmente, acudía a los incendios cuando la situación lo requería.
En 1979, la Diputación Provincial de Albacete, a causa de la proliferación de incendios forestales, creó un Servicio Contra Incendios que paliase las deficiencias existentes en la Provincia en esa materia. Tras esto, se firmó un convenio con el Ayuntamiento, por el cual los recursos existentes no sólo se dedicaban a extinción de incendios forestales, sino que se establecía un servicio permanente para atender el resto de emergencias, no sólo en la población, sino en el resto de la Comarca. Es como se halla actualmente el Servicio de Bomberos en Hellín, 111 años después de su creación

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