martes, 14 de octubre de 2008

Romeria a la Virgen Reina :Por José .A.Iniesta



Con todo éxito, si cabe más que en años anteriores, tuvo lugar la romería de la Virgen Reina a lo alto del Cerro del Pino, donde se encuentra el monolito con la imagen en piedra, realizada por el escultor Eugenio Alcocel, y que fue instalada en este lugar en 1956.

Cientos de personas se dieron cita para formar parte de la comitiva que partió a las seis de la tarde del pasado sábado desde la Plaza de la Iglesia.

A la cabeza, como lo hizo el año pasado, estaba la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Dolor.

Tres novedades importantes se pueden destacar en este año. Por una parte la elaboración, por primera vez en la historia del monumento a la Virgen Reina, de unas estampas, con tres modelos diferentes, elaboradas por la Comisión Proyecto Virgen Reina. Por otra, trescientas láminas con la imagen venerada en lo alto del Cerro del Pino, donadas por un admirador anónimo de la Virgen, cuyo identidad no desea que sea conocida, que igualmente ha aportado la ayuda económica para colocar en lo alto del monumento dos placas conmemorativas y hacer dos ediciones de un libro sobre la Virgen Reina. De esta forma, la lámina podrá estar por primera vez en las viviendas de los hellineros. Las estampas y las láminas fueron entregadas al término de la santa misa, que fue oficiada, como el año pasado, por el páter José, de Capuchinos, con una intervención especial de los niños en cada momento.

Y la más importante de las novedades es que por primera vez se unió a la romería una imagen cedida para esta ocasión por Carlos López, quien tenía ilusión de contar con una talla en madera que ha sido realizada por un escultor lituano, Piotras Dejevas, que hizo miles de imágenes para iglesias, cementerios y hogares en Lituania, hasta que en su país fue proscrita por los rusos la religión, y por tanto la elaboración de imágenes religiosas.

Carlos López y Piotras Dejevas han realizado a su vez unas andas talladas a mano en madera de abeto, sobre la que se situó una réplica en miniatura del monolito, al que no le faltaba ni el detalle del escudo municipal, que sustentaba la talla en madera de sabina de la Virgen Reina, como representación de la escultura que podemos ver coronando el Cerro del Pino. Dolores Iniesta ha arropado estas andas con terciopelo rojo.

El proyecto de la Comisión Proyecto Virgen Reina para la futura romería del 2009 es encargarle al escultor lituano una imagen de mayor tamaño que pase definitivamente a formar parte de esta tradición que va creciendo en apoyos y participación desde 1997, fecha en la que dieron inicio sus actividades.

La romería, con toda su vistosidad, es sólo una mínima parte de los trabajos que durante once años ha realizado la Comisión Proyecto Virgen Reina, cuyo propósito ha sido desde el principio la restauración del monolito y el monumento a la Virgen Reina, que se encontraban en un alarmante estado de deterioro, y la rehabilitación de su entorno, con reformas, limpieza y trabajos, para que la cima del cerro sea más accesible a todos aquellos que quieran visitar el monumento.





Palabras pronunciadas en lo alto del cerro, antes de la santa misa, por José Antonio Iniesta, de la Comisión Proyecto Virgen Reina:





Buenas tardes.

La romería de la Virgen Reina, como la restauración del monumento y la rehabilitación de su entorno, surgieron de un sueño que cada año se va haciendo realidad, con mucho esfuerzo.

La Comisión Proyecto Virgen Reina, que se ha hecho eco durante once años de los anhelos de todo un pueblo, sólo siente alegría por el creciente vigor de una tradición y agradecimiento, mucho agradecimiento.

Agradecemos al pueblo de Hellín su colaboración, de muy diversas formas, y en especial por acudir, año tras año, hasta lo alto del Cerro del Pino, y en esta ocasión, de nuevo, por la generosa aportación con su presencia de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Dolor y del páter José, de Capuchinos, que va a oficiar la santa misa.

Queremos renovarnos cada año, aportar algo que anime a consolidar estos lazos de fraternidad de todos los hellineros, y su vínculo con la Virgen Reina, el único propósito que realmente nos guía, y por eso, este año contamos con tres novedades importantes. Una, bien significativa, es que por primera vez en la historia de Hellín se han hecho estampas con la imagen de la Virgen Reina. Otra, que gracias a la desinteresada labor de nuestro mecenas anónimo, el mismo que generosamente contribuyó con ayuda económica para que se colocaran en el monolito las dos placas conmemorativas y se hicieran dos ediciones de un libro dedicado a la Virgen Reina, tendremos trescientas láminas con la imagen de la Virgen, para que puedan estar en los hogares de los hellineros, algo que nunca se había hecho hasta el momento. Las estampas y las láminas se entregarán a los asistentes al término de la santa misa.

Y tercero, lo más importante, que por primera en la historia desde que este monumento fue instalado en el Cerro del Pino, contamos con unas andas y con una talla en madera de la Virgen Reina, que han venido hasta aquí en romería.

La imagen ha sido amablemente cedida para esta ocasión por el artesano Carlos López, quien se la encargó, por el gusto de tenerla, a Piotras Dejevas, lituano, escultor que ha hecho miles de imágenes religiosas en su tierra natal. Ellos dos han elaborado en un tiempo récord (unos veinte días) las andas que han traído hasta aquí a la imagen, a las que no les falta ni siquiera una réplica del monolito con el escudo municipal. Mi inmenso agradecimiento por esta ardua labor, a la que se ha sumado el esmerado trabajo, para vestirla de terciopelo rojo y cordón dorado, de Dolores Iniesta. Los tres han trabajado desinteresadamente para que este nuevo sueño sea hoy una realidad.

Ojalá el año que viene podamos contar con una imagen, de mayor tamaño, que definitivamente pase a formar parte de esta romería.

Personalmente doy gracias a mis compañeros y amigos de la Comisión Proyecto Virgen Reina, sin los cuales no sería posible todo esto, incluyendo a un inolvidable amigo, Amador Tomás, “Piliso”, que desde el cielo nos ayuda a seguir teniendo voluntad y esperanza en el futuro…

Que el misterio de este proyecto de la Virgen Reina se guarde en nuestros corazones…

sábado, 11 de octubre de 2008

Hellín semblaza historica






El actual emplazamiento de la ciudad de Hellín se lo dieron los Árabes hacia el año 753 de nuestra era, aunque se han encontrado restos prehistóricos, cartagineses, íberos y romanos en El Tolmo.

De su conjunto histórico artístico destacan sus barrios árabe y judío, el Templo Santa María de la Asunción (s. XVI), el Convento de los Franciscanos (s. XVI) y la Ermita del Rosario.


Los primeros datos de las procesiones son de 1411, al predicar aquí San Vicente Ferrer. En 1564 se funda la cofradía del Rosario y se organizan las procesiones de Penitencia.

Durante el siglo XV formaba parte del marquesado de Villena, dominio extenso y rico, propiedad de Juan Pacheco, valido de Enrique IV.
Fue escenario repetido de las guerras carlistas.
En la primera mitad del siglo XX, al ser su territorio nudo de comunicaciones y formar parte del plan de regadío de la región, Hellín se convirtió, a pesar de la emigración, en una ciudad de población creciente.


En el año 1700, los Franciscanos construyen el Calvario y su Vía Crucis. En 1881 desaparecen las "Pujas" y se crean nuevas hermandades. Todo desapareció en el 36 pero pronto se reorganizó.
Hellín está situado al sureste de la provincia de Albacete, en el límite meridional de las cadenas prebéticas con la Mancha abriendo paso a la llanura murciana.
Se encuentra a 38º 30´43" de latitud Norte, 1º 59´4" de longitud Oeste y a 578 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Se halla situada al sureste de la provincia de Albacete en el límite meridional de la Mancha y las cadenas Prebéticas, abriendo paso hacia la llanura murciana. A una altitud media respecto al mar de 578 metros.

Se constituye como centro de una subárea comercial que abarca desde los municipios de Ontur, Albatana y Fuente Alamo por el Este, hasta los de Riopar y Yeste por el Oeste.

Pero donde realmente se hace sentir su influencia es sobre la comarca de Hellín, compuesta por los municipios de Ontur, Albatana, Tobarra y Lietor, sumando una superficie aproximada de unos 1.500 kilómetros cuadrados.

Esta comarca natural se encuentra en el eslabón que forman la Meseta con las depresiones y cuencas murcianas y las comunicaciones que unen la capital del estado y el Sureste español ( carretera nacional 301, que se convertirá próximamente en autovía, y el ferrocarril Madrid-Cartagena ), aprovechando los estrechos de Pozo Cañada y Tobarra.



El Término municipal, con 770,2 kilómetros cuadrados, está limitado al Norte por el término de Tobarra, Pozohondo y Albatana; al Sur por Calasparra ( Murcia ) ,Cieza ( Murcia ), Moratalla ( Murcia ), al Oeste por Lietor, Ferez y Socovos y al Este por Jumilla ( Murcia ) y Albatana.
Para ver el mapa más grande pincha sobre él.

Está bañado en su periferia por los rios Mundo y Segura, sirviendo el segundo de límite entre el término municipal y la provincia de Murcia a lo largo de 15 kilómetros.

Por su situación presenta características paisajísticas y climáticas de ambas zonas limítrofes ( Murcia y La Mancha ). El clima es semiárido, con tendencias continentales. Las precipitaciones son escasas y las temperaturas medias anuales moderadas, destacando el mes de Julio como el mes cálido y el de Enero como el más frío. LLuvias torrenciales en primavera y otoño.



Comparativamente Hellín es según su población ( 26000 habitantes ) el segundo municipio de la provincia de Albacete después de la capital, y el cuarto en extensión, después de Albacete, Villarrobledo y Almansa.
Este hecho se explica en función del tipo de la población dispersa en núcleos de pequeña y mediana entidad, alguno de los cuales posee una población superior a muchos pueblos de la provincia ( Isso y Agramón ).




El casco urbano de Hellín ocupa unas 185 hectáreas de suelo urbano, con otras 70 de suelo programado, donde se pueden encontrar dos áreas definidas como casco antiguo y parte moderna de la ciudad, concentrando en torno al eje definido ( El Rabal, El Sol, Juan XXIII, López del Oro, Plaza de Santa Ana y Parque ) el área comercial.


DATOS GEOGRÁFICOS. DATOS DE HECHO.

EXTENSION: 77.038 Hectáreas, 61 áreas y 54 centiáreas.

POBLACION: 26.000 habitantes

COORDENADAS GEOGRAFICAS: 38º30´44´´ latitud Norte 1º59´04´´de longitud Oeste.

Es la décima población en importancia de la Comunidad de Castilla La Mancha y la primera de Albacete, después de la capital. Cuenta con excelentes vías de comunicación, tanto por carretera como por ferrocarril.

En el último censo su población era de 26.150 habitantes.

En cuanto a los equipamientos, Hellín atraviesa un período de gran importancia, gozando en la actualidad de todos los servicios necesarios para la importante cabecera de provincia que es:


polígono industrial, instalaciones deportivas,
hospital comarcal, estación de autobuses,

lonja municipal y un largo etc., al igual que un floreciente comercio local cuya zona de influencia es toda la Comarca del Campo de Hellín.

A este impulso se suma la iniciativa privada que está consiguiendo el relanzamiento industrial de la ciudad con la implantación de un floreciente sector textil y de servicios.


Gastronomía.



BACALAO

Hay que disponer de bacalao, harina, sal y aceite. El bacalao se mete en agua el día anterior para que durante toda la noche vaya dejando el exceso de sal.

Este bacalao se reboza posteriormente con huevo y harina y se fríe.

CUCHIFRITO

Es una comida que se suele preparar en un día como Jueves Santo. Hay que utilizar de nuevo el bacalao, caracoles serranos, almejas, alcachofas, patatas y granos de haba, acompañándose con aceite, sal, agua y tomate.

En una cacerola se van poniendo sucesivas "tongaicas" de cada uno de estos ingredientes, para añadirles el tomate, el aceite, la sal y el agua. Finalmente se deja cocer.

EMPANADAS

Para una tasa de empanadas se utilizan como relleno; una docena de huevos, una lata de atún (de medio kilo), patatas fritas, tomate frito y una octava de piñones.

La masa se hace con un tazón de aceite y otro de agua, un puñado de sal, un poco de azafrán, y harina hasta que se ponga la masa dura.

Una vez hecha la masa se van sacando las correspondientes porciones que previamente alisadas envuelven al relleno y se perfilan en semicírculos.

MAGDALENAS

Se necesitan para una tasa; seis huevos, seis gaseosas, un cuarto de aceite,un cuarto de leche, medio kilo de azúcar y harina.

Se baten los huevos con azúcar, y cuando estén batidos se les añade las gaseosas y la leche. Se pone después una raspadura de limón y la harina.

Una vez bien batido todo de nuevo se le echa el aceite y se depositan las porciones en el interior de las cajas de papel de barba, espolvoreándolas por encima con azúcar.

MOJETE DE SEMANA SANTA

Se utiliza tomate en conserva, atún, huevos cocidos, olivas, cebollas tiernas, bacalao, aceite crudo y sal.

Tenemos que ir poniendo todos los ingredientes en un barreño, en función del número de tamborileros. Se empieza poniendo el tomate, luego la cebolla a trozos, atún, olivas y bacalao, y cuando esté todo se le añade el aceite crudo y la sal.

Como acompañamiento no pueden faltar ni las lechugas ni las habas.

PANECICOS DULCES

Se raya una molla de un pan de kilo para añadirle una docena de huevos, piñones y canela en polvo. Con esto se obtiene la masa con la que se hacen los panecicos.

Una vez fritos se ponen en una olla con agua, medio kilo de azúcar y esta vez con canela en rama. Así se tiene cociendo media hora.





Los caramelos de Hellín son conocidos en toda España.


El escudo de Hellín.

En Sinople ( Verde ), un castillo, de oro, almenado y mazonado de sabio ( negro ) y aclarado de gules ( rojo ) sostenido por dos leones de oro y saliendo de su homenaje un brazo armado, de plata, con una espada en la mano, surmontado de una corona real abierta, de oro y rodeado de siete estrellas, cuatro a la diestra y tres a la siniestra, de plata.
Debe timbrarse el escudo de armas del Ayuntamiento de Hellín, en la provincia de Albacete con una corona Real de España, que es un círculo engastado de piedras preciosas, compuesto de 8 florones ( cinco vistos ), de hojas de acanto, interpoladas de perlas y de cuyas hojas salen otras tantas diademas, sumadas de perlas, que convergen en un Mundo de azur ( azul ), con el semimeridiano y el Ecuador, de oro, sumado de una cruz de oro y la Corona Real forrada de Gules ( rojo )

Por el Real Decreto 2603/19 de Agosto de 1974 ( BOE 16 de Septiembre ) se aprueba el escudo heráldico de Hellín.

La agricultura en Hellín.


Ya desde tiempos remotos, la riqueza agrícola de Hellín queda constatada como lo demuestran los asentamientos prehistóricos que existen en la zona, asentamientos que tuvieron su razón de ser en los recursos naturales con que cuenta.

Así, Hellín, por su enclave geográfico, posee un clima mediterráneo que en función de la orientación y altitud, varía desde el Mediterráneo Continental al Mediterráneo Subtropical, con una temperatura media anual de 18 a 20 grados centígrados.

La mayoría de los suelos son ricos en carbonatos, otros se han desarrollado sobre materiales yesíferos y su posición les condiciona morfológicamente en su evolución y capacidad productiva.



Respecto al tercer factor básico de la agricultura, el agua, proviene del Río Mundo y de las fuentes y pozos existentes.
Pantano del Cenajo.

La superficie cultivada es de 30.174 hectáreas, de las cuales las dos terceras partes aproximadamente corresponden a secano. Entre los cultivos herbáceos destacan la cebada, la avena y el trigo, en regadío son importantes las plantaciones de maíz, en su mayoría en el Rincón del Moro y aunque de forma muy localizada, el arroz en la Vega del Rio Mundo, de alta calidad y comercializado bajo la denominación de Origen Calasparra.

En cuanto a los cultivos leñosos se mantiene el tradicional de la vid para uva de vinificación, siendo éste de alta graduación y comercializándose bajo la D.O. de Jumilla.



Respecto al olivar, arraigado desde antaño, hay que destacar que en los últimos años disminuye en favor del almendro, cultivo que está adquiriendo gran importancia.




En frutales de hueso, el mayor número corresponde al albaricoque y, en menor grado al melocotón y al ciruelo.




Entre la superficie no cultivada es muy característica la gran extensión de espartizal, próxima a 37.000 hectáreas y que tan importante fue para la economía hellinera en la década de los 50.

Un rasgo a destacar de nuestra agricultura es su carácter minifundista y el predominio del régimen de propiedad.




Las tamboradas actuales nacen entre 1876 y 1881, cuando se produce una ruptura entre las procesiones y los tamborileros.



Según datos documentados, en 1576 se usaban los tambores en Hellín con carácter militar.
En la segunda mitad del siglo XVIII ya participaban en las Procesiones; y en 1837 se fabricaban y vendían al público.



Actualmente se toca y "repiquetea" solo, o en grupos o peñas, con la "cruceta" al frente, en la que probablemente es de las tamboradas más multitudinarias del país.
Se viste túnica y capuz negro o pañuelo de color al cuello.




CONJUNTOS ARQUITECTÓNICOS MONUMENTOS





Convento de los Franciscanos.

Ermita de Nuestra Señora del Rosario.

Santa María de la Asunción.







ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO





La Ermita de Nuestra Señora del Rosario no se puede describir como un edificio de un mismo estilo arquitectónico, debido a su construcción por fases y en distintas épocas, pero lo que si se puede afirmar es que forma un conjunto agradable y armónico formado por dos volúmenes: Iglesia y Torre.

Hay que resaltar que el conjunto actual se debe al genial arquitecto hellinero D. Justo Millán Espinosa.

El interior de la Iglesia del Rosario es propio del Barroco, estilo arquitectónico del siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII.

El exterior de la ermita presenta soluciones mixtas, arcos de herradura de inspiración árabe, formas y perfiles neogriegos y ornatos del bizantino y del ojival.

Todo ello, realzado por la altitud de la colina en que se sitúa el templo, cuyas luces divisan los viajeros que se acercan a la ciudad.

Es en el siglo XVII cuando en Hellín afloran numerosas ermitas ubicadas en las distintas colinas de la ciudad. Tenemos noticias de las de San Rafael, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de los Remedios, Santa Ana, San Blas, San Benito, San Cristóbal, Santa Barbara y Santísimo Cristo del Calvario. Posteriormente en el siglo XVIII se construyen las de San Antonio, Jesús Nazareno, San Roque y la de la Santa Cruz de la Langosta.

La ermita del Rosario tenía su entrada en el siglo XVIII por la calle del Beso y la Plaza de Pichón. Fue el 16 de Noviembre de 1755 cuando en Hellín se produjo un terremoto que afectó seriamente a la pequeña ermita de estilo mozárabe.

Tras el temblor de tierra se iniciaron obras de restauración de las que cabe destacar el traslado de la puerta de entrada a su ubicación actual, se restauró la bóveda y comenzó a construirse el camarín, cuyas obras concluyeron en 1763.

Ante el deterioro progresivo de la fachada principal y por un acuerdo entre el Ayuntamiento de Hellín y la Cofradía del Rosario, la Escuela Taller se encargó de los trabajos de restauración de la misma. Fue reparada la cubierta, se limpió y picó toda la fachada, se reforzaron los dinteles y arcos existentes, se restauraron los accesos a la ermita conservando el pavimento de ladrillo árabe macizo de la calle del Cinto, así como el atrio que se extiende delante de la fachada principal. Todas estas obras permitieron recuperar la espléndida imagen de este lugar tan entrañable para todos los hellineros.
SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN (S. XVI).




Iglesia del siglo XVI, del tipo columnario, con portadas platerescas y variedad de bóvedas.




CONVENTO DE LOS FRANCISCANOS.





El Convento de los Franciscanos fue fundado en el año 1524 en lo que entonces eran las afueras de Hellín.

En principio, el conjunto del Convento estuvo formado exclusivamente por una iglesia de escasas dimensiones, un huerto y unas humildes dependencias para albergar a los frailes. Posteriormente, fue construido el claustro de inequívoco estilo renacentista.

Durante el siglo XVIII se llevó a cabo en la iglesia una ampliación de carácter barroco, edificándose el Coro y algunas de las capillas actuales. Pero la obra más interesante llevada a cabo en dicha época fue el Camarín.

El Convento estuvo abandonado durante un siglo y hasta el año 1923 no regresó la Comunidad Franciscana a Hellín, por lo que, ante el deterioro sufrido por el edificio, se realizaron obras importantes en el mismo. A partir de 1955 y a causa del incendio que se produjo en el Convento, se llevaron a cabo nuevas obras de restauración que dieron lugar a la transformación de la fachada principal cubriéndose dos de los arcos ahora existentes.

El Convento de los Franciscanos es un lugar muy querido por los hellineros.

Arquitectónicamente es una buena edificación que mezcla estilos de diversas épocas.

Su acceso de tres arcos, hoy restaurado, fue realizado en el siglo XVII, su claustro de planta cuadrada es de tipo renacentista y fue construido a finales del siglo XVI.

Destaca el Camarín Rococó fechado en torno a los años 1760 a 1770 con lienzos del Padre Villanueva y un interesante pavimento valenciano.

Destaca entre sus imágenes una Dolorosa de Francisco Salzillo.

El Ayuntamiento de Hellín, inició en 1987 un estudio exhaustivo de la historia y la arquitectura del Convento Franciscano de nuestra ciudad.

A Través de la Escuela Taller se llevó a cabo el proyecto de restauración del Convento, saneándose la fachada principal y devolviéndole su aspecto original, retirándose el frontón colocado en 1958 y teniendo especial cuidado en recuperar la parte central con el tratamiento de ladrillo que desde su origen tuvo la entrada a la iglesia del Convento.

En 1990 tras la firma de un convenio entre el ayuntamiento de Hellín y la Orden Franciscana se acometieron nuevas obras.

Se construyó una entrada en la que destaca la puerta de forja allí instalada. Asímismo, se renovó la carpintería de madera de dicha parte del Convento, se procedió a pintar la misma y se construyeron unos nuevos aseos.


La Plaza de Toros de Hellín.

El 18 de septiembre de 1862 fue inaugurada la Plaza de Toros de Hellín por los legendarios diestros “ El Tato “ y “ Cúchares “, siendo arquitecto de la misma D. José María Prado Riquelme.

Hellín tenía entonces 10.000 habitantes y un grupo de aficionados decidieron construirla suscribiendo acciones por valor de 50 pesetas cada una. Quienes no disponían de dinero participaron en la sociedad aportando jornales y materiales útiles para poder llevar a cabo la obra.

Los alumnos de la Escuela Taller, herederos de aquellos hellineros de antaño, recogieron el testigo de la historia y recuperaron la Plaza de Toros para que en ella las generaciones futuras siguieran disfrutando de grandes tardes de toros.

Habiendo sido iniciadas las obras de construcción de la Plaza de Toros de Hellín en el año 1860, las mismas duraron dos años y del esfuerzo de sus constructores surgió un magnífico edificio cuyas características básicas consisten en un polígono de 32 lados, con un redondel de 46 metros de diámetro, una barrera de 1,40 metros de altura, 6 huecos para acceso del público y un aforo para 7.777 espectadores.



Tiene además, dos pisos, dos caballerizas, corrales para el ganado bravo, corrales de apartado, chiqueros, conserjería, oficinas, enfermería, capilla, taquillas y 15 escaleras que conducen a los asientos.

Con el paso del tiempo y la falta de cuidados, la Plaza fue deteriorándose hasta que en 1983 el Ayuntamiento de Hellín, recuperara el edificio para todos los hellineros y en 1987 la Escuela Taller iniciara su total y magnífica restauración.

La Plaza de Toros, recuperada ya para todos los hellineros, permite en la actualidad la celebración de espectáculos taurinos de gran calidad, pero también, la contemplación de representaciones teatrales, conciertos de rock o fiestas infantiles, en un espacio público que forma parte del alma y del corazón de Hellín.

Museo Comarcal de Hellín





El Museo Comarcal de Hellín, está situado en un edificio modernista de finales del siglo XIX y principios del XX. Consta de tres plantas en las que se distribuyen dos colecciones de arqueología y etnografía de la comarca.



Dirección de contacto de Museo Comarcal de Hellín
C/ Benito Toboso, 12, 02400
Hellín (Albacete)

Tel.: 967304630 / 667643342

Fax: 967300053

E-Mail: museo@ayuntamientodehellin.es

Dirección web: www.hellin.org/museoco...

Situación
En el casco histórico de la ciudad, en una antigua casa señorial de estilo modernista, fechada entre el final del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX.

Horarios
De Martes a Viernes, de 11 a 13:30 y de 19 a 21 horas.
Sábados, Domingos y festivos, de 11a 14 horas.
Tarifas
Entrada libre
Cómo llegar Por carretera

Añadir al Cuaderno de ViajeEl museo se ubica en una antigua casa señorial de estilo modernista, fechada entre el final del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX. Es de destacar la puerta tallada en madera por Sebastián Guillén que muestra dos cabezas de personajes masculinos con diversos motivos vegetales. El acceso se realiza a través de una cancela de hierro forjado con apliques, es de estilo modernista y puede considerarse como una pieza única en Hellín.

El museo se organiza en tres plantas: en la planta baja se encuentra la sala de exposiciones temporales, en la que puede admirar una lápida funeraria procedente del Tolmo de Minateda, una escultura de piedra procedente de la Iglesia de Asunción, y un bargueño de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, entre otras piezas.

En la galería de mediodía se muestra permanentemente una colección de pintura de Felipe Monteagudo y Carmen del Berro depositados por D. Angel Escandell.

La primera planta está dedicada por entero a la arqueología, donde se pueden observar restos de diversos yacimientos que abarcan desde el Paleolítico Inferior hasta época hispano-musulmana. La galería del Tolmo de Minateda, uno de los yacimientos más importantes de la comarca, muestra diversos materiales: un león tallado en piedra de época ibérica avanzada, un oinocoe pintado en color rojo con motivos vegetales y otras piezas destacables. Así mismo se puede admirar el sarcófago de Hellín, cuya procedencia dudosa siempre se ha establecido en el Tolmo, aunque es posible que apareciera en Vilches.

La segunda planta está dedicada por completo a la etnografía, donde se muestran diversos elementos correspondientes a la transformación del esparto, que supuso una de las actividades fundamentales de Hellín.

También destaca una colección de cerámica popular y diversos elementos correspondientes a las artes decorativas, piezas de cerámica y vidrio de Cartagena de finales del siglo XIX, así como una serie de cerámica hellinera con los elementos decorativos que la distinguen: la colleja y otros motivos vegetales.

Contenido del museo
Etnografía y antropología
Institución de la que depende
Ayuntamiento de Hellín.
Servicios
Actividades didácticas, jornadas de puertas abiertas, visitas guiadas al Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda.

viernes, 10 de octubre de 2008

IGLESIA DE LA ASUNCION DE HELLIN




La iglesia de Santa María de la Asunción, fue construida en el siglo XVI. Es un templo columnario que consta de tres naves y cinco tramos, con cabecera poligonal y unas proporciones grandiosas. La construcción de las capillas laterales (la de San Ildelfonso, la de San Antonio de Padua, la de la Inmaculada, la del Sagrado Corazón, la de San José y la de la Dolorosa) se realizarón en distintas épocas entre los siglos XVI y XVII, siendo la mayoría renacentista y alguna gótica.
La portada es de estilo renacentista y con influjo de Vandelvira, es del final del siglo XVI o comienzo del XVII.

La torre situada junto a la cabecera posee un remate barroco del siglo XVIII.

Descripción:

Se sabe poco de su historia constructiva del edificio que ha de fijarse enteramente en el siglo XVI y de los maestros que intervinieron en su construcción, al haber desaparecido la correspondiente documentación. No ofrece crucero y en cambio internamente quedan las naves perfectamente definidas y separadas por unos soportes cilíndricos que por la basa y por el capitel, sobre todo los situados hacia los pies, se relacionan íntimamente como los soportes clásicos.

La iglesia tiene tres naves a distinta altura y cinco tramos, cubierta con bóvedas de crucería simple en las laterales y de terceletes en la central. La capilla mayor, de idéntica altura que la nave principal, se articula con cinco paños y bóveda estrellada.

En estos paños se abren unos preciosos óculos adornados con una caprichosa tracería flamígera con bolas alrededor. En este templo, los arcos de medio punto en la nave principal y acceso a los laterales, las proporciones de los soportes e incluso la misma solución espacial interna nos están acercando a un leguaje más clásico y, por tanto, renacentista.

Las capillas laterales corresponden a distintas épocas. Si bien hay alguna de tradición gótica, incluso con baquetones helicoidales, en su mayoría son renacentistas avanzadas con bóvedas casetonadas. Especialmente interesante es la primera capilla del lado de la epístola, cubierta con una bella cúpula oval con hermosos relieves y casetones y son de destacar las figuras de los evangelios que aparecen en las pechinas.

Al exterior destaca la torre junto a la cabecera, con un remate barroco del siglo XVIII. La portada en el flanco sur del templo es sobria y bien trazada del tipo frecuente en la región que sigue modelos vandelvirescos. Está compuesta por dos cuerpos enmarcados por pares de columnas de estilo corintio. En la parte central de la portada, tema de la Anunciación, siguiendo la tradición del estilo de grandes relieves en este lugar; la escena resulta un tanto ruda y desnuda, perdidas las figuras sobre el espacioso fondo plano.

Los rombos que decoran los pedestales del cuerpo superior responden al gusto por lo geométrico que es caracerístico en obras de Vandelvira. De las portadas semejantes que existen en la provincia, es esta la única con el hueco de la entrada adintelado y sin ningún tipo de remate superior, así como la más sobria concebida. Puede situarse en los finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII.

"ROCHE, EL BANDIDO ALBACETEÑO".Por Antonio Matea Martínez





A don Francisco Navarro Pretel,
cura párroco de Liétor.
Sin su inestimable ayuda
no hubiese podido escribir estas líneas.
Mi más sincero agradecimiento hacia él.


La carretera de Liétor, una vez tomado el desvío en Villarejo, llega apenas en 3 km. a un cruce donde viene señalado Híjar con 5 km. de distancia. Aunque la cifra correcta marcada deberían de ser los 7,5 km. que separan esta aldea de Liétor de la carretera principal. Híjar es una pequeña población enclavada en un precioso valle, en el que todavía es posible escuchar las hermosísimas notas del canto del pardo ruiseñor, que anida en los cañaverales besados por el agua del río Mundo. Este río precisamente divide a esta aldea, que apenas cuenta ya con 10 ó 12 habitantes, mayores todos ellos, en dos núcleos. En su margen derecha quedan algunas viejas casas de piedra y tapial, construidas alrededor de un gran olmo plantado en la plaza, casas que rezuman tristeza, angustia y soledad. Por encima quedan los restos de lo que fue un importante torreón sarraceno, aunque hoy sólo son unas pocas ruinas y un lamento de un glorioso tiempo pasado que ha caído ya en el olvido. Más abajo, un amplio valle da cobijo a un gran número de huertos, muchos de ellos ya abandonados y cubiertos de estériles y sangrientas amapolas, entre las que vemos a un mulo revolcándose en la tierra y levantando grandes cantidades de polvo. Estos huertos son regados por las aguas del Mundo y las de un abundante manantial, donde se encuentra el lavadero, que brota a los mismos pies del peñón que cobija al viejo castillo morisco. Al otro lado del río quedan las escuelas, ya en desuso, construidas a mediados de siglo, y otras construcciones más recientes que contrastan de forma notable con las de su orilla contraria. También destaca en este hermoso valle, como una profunda herida del todo incurable, un gran tajo abierto entre los pinos de la umbría, que guarda en sus entrañas las enormes tuberías de un recién instalado gasoducto.
La estrecha y zigzagueante carretera que desciende suavemente hacia Híjar va acompañada por la Rambla del Castillarejo, también llamada Rambla de Roche, y, apenas un kilómetro después, llega a Pocico Tomillo. El lugar es fácil de distinguir, pues un gran pino piñonero deja reflejada en el suelo una gran sombra que oscurece al viejo tornajo de madera y al más reciente pilón de cemento, utilizados ambos como abrevaderos para el ganado con el agua que antiguamente se sacaba de un pequeño pozo. Pero el pozo ya se cegó hace tiempo con piedras y tierra y sólo se muestra como un profundo quejido de dolor y una poética elegía del campo ajado y abandonado. Por encima queda la solana del monte Castillarejo totalmente cubierta de pinos carrascos que acompañan a unos cercanos almendros, cuyos frutillos se presentan como pequeños botones verdes que sobresalen entre las brillantes hojas de los árboles. Por los alrededores se ven numerosas retamas de afiladas hojas, algunos enebros, espliego, romero y tomillo, que además dejan notar su aromático aliento por toda la zona, y algunas matas de esparto, pequeños resquicios de lo que fue una importante explotación hace ya bastantes años. Unas pequeñas florecillas vestidas de gualda dejan su bello matiz por encima de los floreados tomillares y parecen relucientes puntitos dorados, que han sido bordados sobre el pardo tapiz de la tierra.
Junto al pequeño y mustio pocillo pasaba antiguamente un macilento camino de herradura que, desde Híjar y las casas del Castillarejo, enlazaba con un carril carretero que iba desde Villarejo y la Rambla de Maturras hacia Liétor. Precisamente por este camino fue trasladado el cadáver del bandido Roche dentro de un carro para ser llevado hasta esta última localidad, tras ser muerto por la Guardia Civil en Pocico Tomillo el 15 de julio de 1891. Allí en Liétor el juez municipal, don Lorenzo García, redactó el acta de su defunción, firmada después por el secretario y varios testigos, antes de darle sepultura en el cementerio de esa villa.
El Castillarejo, a mitad de camino entre Híjar y Pocico Tomillo, está situado bajo un diminuto peñasco que dio cobijo durante el Neolítico, o posiblemente ya en la Edad del Bronce, a una pequeña población humana. Está formado por dos grupos de casonas rústicas de piedra y barro separados por la carretera, casi todas ya en estado ruinoso, con algunos muros resquebrajados y agrietados y varias traviesas de madera del techo caídas al suelo. Estas ruinas y el remanso de silencio, sólo roto por el suave susurro del viento y por los alegres trinos de algún pajarillo, le dan a este antiguo habitáculo el aspecto de una auténtica población fantasma. Sin embargo alguna vivienda se ha rehabilitado para ser utilizada como casa de labor o lugar de descanso, lo que le hace perder en parte el extraño y cautivante encanto que posee. En la misma rambla, más abajo, se encuentra la fuente donde antaño llenaban sus cántaros de agua los habitantes de esta aldea, que tuvieron que partir un día ya lejano a extrañas tierras, una vez que fueron quebradas todas sus ilusiones y perdieron sus esperanzas de poder permanecer allí. Así partieron hacia Liétor, Albacete o a otras capitales cercanas, que aumentaron su población a costa de dejar yermos los pequeños pueblos y aldeas. Más arriba, a unos 300 metros, queda la Casa del Guarda, una vivienda en buen estado que se acompaña por otra cuyos muros aparecen completamente desmoronados, doblegados ya y vencidos por la carrera de la edad.
Pero si nos encontramos en esta hechizante aldea fantasma de vetustos muros empedrados, y cerramos los ojos durante unos instantes y escuchamos el silencio reinante, confabulado en algunos instantes con el vuelo chillón de alguna golondrina, podemos viajar con la imaginación, a través del mundo fantástico de los sueños, a ese tiempo pretérito en que la pequeña población era un manantial de vida. Podremos viajar, sumidos en un profundo onirismo, a un tiempo pasado en que la aldea bullía de gente que trabajaba en el campo y de él vivía, pues el campo siempre tenía algo que ofrecer a quien sabía buscarlo. Y resonaba el metálico tintineo de las esquilas del ganado, cuando los pastores marchaban con sus pequeños hatajos de ovejas y cabras a pastar en los ricos pastos de los lugares más recónditos del monte. Y hacían leguas y leguas recorriendo las trochas y veredas del monte, con el avío preparado para aguantar una dura jornada, hasta que el sol casi empezaba a ocultarse por el horizonte. Otros salían con el primer albor del día a trabajar la dura tierra con sus yuntas de mulas y a recoger esparto y los frutos de las oliveras y los almendros que luego traían sobre los peludos y enalbardados borriquillos; o leños y piñas que se apilaban junto a los hornos de pan o en la parte trasera de las viviendas. Mientras, los críos corrían tras las gallinas y tras sus emplumonados hijuelos, entre grandes algarabías y griteríos y el cacareo monótono de los animales, al tiempo de ver como sus madres preparaban la pitanza de los cerdos y la de sus esposos, o cocían el pan una vez por semana.
En cuanto el día se apagaba y la luna tintaba de plata las tejas de los tejados, las chimeneas se encendían y comenzaban a mostrar sus blancos penachos de humo. Los hombres y mujeres se agolpaban en torno a la roja y chisporroteante lumbre hogareña en las largas noches del álgido invierno de la sierra. Allí, junto a la encendida fogata, cuyo reflejo teñía los atentos y cándidos rostros de rojo y dejaba entrever las pupilas dilatadas de los ojos, bailaban y cantaban seguidillas, pardicas, jotas corridas, fandangos, malagueñas y numerosos villancicos cuando llegaba la Navidad. Otras veces los más ancianos contaban viejas historias que habían sido rescatadas del olvido y se hallaban guardadas en el profundo arcón sin fondo de la memoria, o en cada piedra, pared o rincón de la aldea; o inventadas a veces por ellos mismos, que el campo es lugar espacioso donde la imaginación puede correr sin barreras, más aún en tiempos en que no existía la televisión ni apenas podían disponer del gustoso placer de los libros. Allí, junto al fuego, tomando a veces reunión todos los vecinos en una misma casa, mientras el viento sinfónico del monte dejaba escuchar su canto al rozar los tejados, produciendo a veces sonidos que parecían lúgubres quejidos, escuchaban atentamente las palabras que escapaban de los labios del sabio orador, que, con felicísimo ingenio, sabía cautivar a sus oyentes. Y contaban historias bucólicas que hacían lanzar sonrisas de oreja a oreja, aunque otras eran tan reales y trágicas que dejaban a todos los presentes completamente ofuscados y amedrentados. De esta guisa marchaban luego a sus casas y así permanecían hasta que el plácido sueño los vencía en sus blandas camas de colchones de panojas.
Historias de tesoros escondidos que fueron lágrimas caídas de moros ante la pérdida de sus antiguos dominios, de encantadas que aparecían vestidas de blanco en lugares con agua o de almas en pena que vagaban continuamente de un lugar para otro y se aparecían en las noches oscuras a caminantes solitarios. Otros hablaban del célebre coronel Villalobos, convertido en guerrillero ante la invasión napoleónica, que casó en Huéscar a sus 36 años con una joven que apenas tenía 15 y era descendiente de la familia letuaria de los Belmonte. Otros más hablaban de desertados y bandidos que andaban solitarios, desvalijando a todos aquellos que se encontraban por los caminos, y buscaban refugio y comida lejos de los lugares donde pudiesen ser descubiertos por las fuerzas del orden. O de algunos otros que andaban en cuadrilla, como Jaime Alfonso el Barbudo, un bandolero de Crevillente que, después de ser indultado, fue condenado en circunstancias extrañas a morir en la horca. Su cuerpo además, fue dividido en cinco partes que fueron fritas en aceite para evitar su descomposición. Su cabeza fue expuesta en una plaza de Crevillente dentro de una jaula de hierro para escarmiento público y una de sus manos se colocó en el puerto de la Mala Mujer, cerca de Hellín. Incluso se cuenta que un hijo suyo, en compañía de su tío José Juan, se echó al monte para vengar la muerte de su padre, ocurrida en 1824, y llegó a ser perseguido por tierras de Liétor.
Aunque sin duda alguna la historia que anduvo durante más tiempo de boca en boca, de chimenea en chimenea y de cortijo en cortijo, y que todavía permanece como recuerdo imborrable en la memoria de los más viejos, es la historia y muerte del carlista Roche. Un hombre que muchos años después de echarse al monte murió, según la versión de la Guardia Civil, en un enfrentamiento con los miembros de este benemérito cuerpo; como diría antiguamente el pueblo, que ensalzaba a los bandoleros románticos, murió como los valientes, vestido, calzado y sin sacramentos. Aunque la versión popular difiere de la oficial y cuenta que fue muerto en la cama enfermo y traicionado por un amigo suyo. Pero para entender la muerte e historia de este bandido sería conveniente remontarse a los orígenes del problema carlista en nuestro país, un problema que surgió a finales del primer tercio del siglo XIX.

El origen del carlismo.
Tras la muerte de Fernando VII, ocurrida el 29 de septiembre de 1833, fue proclamada reina de España su hija Isabel que por entonces contaba con tres años de edad, aunque esta minoría de edad obligaría a coger las riendas de la regencia y a nombrar gobierno a su madre María Cristina. Pero a su vez, Carlos María Isidro, hermano del monarca fallecido, se autoproclamaba también rey de España por lo que comenzaba un periodo de guerras civiles en nuestro país que no acabaría hasta ya entrado el último cuarto del siglo.
Pero el verdadero origen del conflicto habría que buscarlo en el siglo anterior cuando el primer rey Borbón, Felipe V, firmó un Auto instaurando la Ley Sálica, de uso común en la corona francesa desde el siglo XIV, que vedaba la llegada al trono español a las mujeres siempre que hubiese un heredero varón en línea directa o colateral. Según esta ley, a la muerte de don Fernando, que después de tres matrimonios no había tenido descendencia, le iba a suceder en la corona su hermano Carlos. Pero el todavía rey de España decidió abolir esta ley después de su cuarta boda con su sobrina María Cristina, por lo que si tenía una hija de este matrimonio sería ella la heredera de la corona.
En realidad había sido su padre Carlos IV quien obligó a las Cortes a la abolición de la Ley Sálica para retornar al antiguo orden sucesorio de las Partidas de Alfonso X, pero la llegada de la Revolución Francesa decidió al rey a disolver las Cortes por lo que la nueva ley sucesoria no fue refrendada por el monarca. Sin embargo el 3 de abril de 1830 aparecía publicada en la Gaceta de Madrid la Pragmática Sanción y aunque la derogó y restauró sucesivamente, según la influencia que recibió de los distintos hombres de su camarilla, estaba en vigor en el momento de su muerte. Por lo tanto con esta ley se cerraban las puertas del trono al infante Carlos y se permitía con el tiempo la coronación de su sobrina Isabel, que nacería seis meses después de su publicación.
Fueron tres los intentos bélicos que llevaron a cabo el pretendiente al trono Carlos y sus sucesores para intentar conseguir la corona de España. Se iniciaron el 1 de octubre de 1833, cuando don Carlos lanzó el Manifiesto de Abrantes por el que se proclamaba rey con el título de Carlos V, y terminaron cuando los carlistas fueron derrotados por las tropas de Alfonso XII y el entonces pretendiente Carlos VII tuvo que partir al exilio. La insurrección carlista triunfó por casi todo el norte peninsular extendiéndose por el País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña y algunas zonas de Aragón y Valencia, sobre todo entre el campesinado y amplios sectores de la baja nobleza y el clero más reaccionario. Los partidarios del carlismo no sólo perseguían los derechos dinásticos del aspirante Carlos y la legitimidad de la Ley Sálica, rechazando por completo la Pragmática Sanción. Reivindicaban también el establecimiento de un modelo socioeconómico y político totalmente contrarrevolucionario, que permitiese restaurar los fueros perdidos en el siglo anterior, y la instauración de una monarquía católica autoritaria contrapuesta al liberalismo centralizador instaurado por la monarquía reinante. Un modelo de sociedad y una legitimidad histórica que los carlistas resumían en el lema “Dios, Patria y Rey”.
Las tropas carlistas contaron desde un principio con escasos apoyos internacionales y una gran desventaja material y de medios humanos frente a los ejércitos cristinos. Esta penuria armamentista y económica obligó al empleo de la guerra de guerrillas, a realizar incautaciones al enemigo y a exigir contribuciones forzosas entre la población civil para así aumentar sus vacías arcas. También contó el carlismo en numerosas ocasiones con la complicidad de la población civil, aun fuera de las zonas de influencia citadas anteriormente. Generalmente se encargó el mando de las tropas a gentes que conociesen el medio físico por donde actuaban las partidas. Aunque exceptuando a algunos oficiales del ejército (en algunos casos altos mandos que habían sido depuestos de sus cargos) estas gentes solían ser totalmente inexpertas en el mando de unidades militares, sin ningún tipo de conocimientos académicos. Igualmente se incorporaron a las filas carlistas numerosos elementos progresistas y republicanos y muchas otras personas agraviadas que no poseían ningún tipo de propiedad, o habían sido desposeídas por la desamortización de las tierras que habían trabajado tradicionalmente. Todos estos hombres vieron en el ejército carlista la posibilidad de conseguir un jornal por sus servicios, en vez de morir de hambre por un salario de miseria. En estos primeros años de carlismo fue clave la figura del coronel Tomás de Zumalacárregui, que organizó un ejército capaz de derrotar a las tropas cristisnas en numerosas ocasiones, como así ocurrió en las batallas de Tolosa, Vergara, Eíbar o Durango. Pero su muerte en Bilbao el 23 de julio de 1835 supuso también el inicio del descalabro carlista que prácticamente acabó con el abrazo de Vergara entre los generales Maroto y Espartero.

El carlismo en Albacete.
El carlismo tuvo un apoyo muy pequeño en la provincia de Albacete aunque sus tropas hicieron numerosas incursiones en ella para conseguir víveres, caballerías y dinero con los que poder seguir la guerra. Las incursiones carlistas llegaban desde Valencia y Cuenca concentrándose casi siempre sobre la capital, que fue saqueada en tres ocasiones en apenas seis meses. En estas incursiones se recaudaron importantes cantidades de dinero y se ocasionaron también numerosos gastos de manutención y destrozos por otra importante cantidad. Hubo enfrentamientos e invasiones carlistas también en Villarrobledo, Barrax, Tarazona de la Mancha, La Roda, Almansa, Alpera, etc. Junto al ejército carlista existían bandas, con pocas conexiones entre sí, que actuaban por las provincias de Cuenca y Ciudad Real, aunque penetraron en numerosas ocasiones en nuestra provincia. Entre esas partidas las más conocidas eran las de La Mancha, El Pablillos y Archidona.
Roa y Erostarbe cuenta en su Crónica de la Provincia de Albacete que el 11 de febrero de 1838, dos años antes de finalizar la Primera Guerra Carlista, una expedición carlista mandada por el general Basilio Antonio García llegaba a Nerpio tras realizar una penosísima marcha por la sierra. Al día siguiente los miembros de esa expedición salieron del pueblo y, ya de noche, llegaron hasta el río Segura por el llamado Barranco del Loro, aunque no lo pudieron cruzar debido al fuerte caudal del río. Incluso algunos hombres y caballos perecieron ahogados al intentar cruzarlo. Sin embargo gracias a algunos vecinos de Yeste, que salieron con sus teas y hachones encendidos, los carlistas consiguieron vadear finalmente el curso del agua y se dirigieron a esta población para reponerse de la fatiga durante un par de días. Ya repuestas del cansancio las tropas carlistas regresaron de nuevo a Nerpio, donde descubrieron algunas ropas ensangrentadas de algunos compañeros rezagados durante su anterior salida del pueblo que habían sido muertos por sus habitantes. Como venganza se dedicaron a cometer todo tipo de tropelías con la gente y antes de partir de nuevo incendiaron la población.
La Segunda Guerra Carlista o Guerra del Matiners, que estalló en 1846 tras el fracaso de las tentativas de unión matrimonial entre Isabel II y el pretendiente carlista Carlos VI y acabó tres años más tarde con su abortada llegada a España, sólo se desarrolló en la geografía catalana. Pero la Tercera Guerra Carlista, iniciada en 1872, trajo de nuevo la inseguridad a nuestra provincia, aunque esta guerra tuvo sus principales batallas sobre todo en el País Vasco y Cataluña. En 1873 la partida del cabecilla Cucala actuaba por Alatoz y la de Joaquín Tercero quemaba el Registro Civil de Nerpio. A comienzos de 1874 la cuadrilla de Santés entraba en Albacete, que tenía que rendirse al cabecilla, al que se le tuvieron que entregar además 40 caballos, 1.200 fusiles y 14.000 cartuchos. Posteriormente avanzó hacia Almansa, ciudad que también consiguió tomar por la fuerza de las armas. En septiembre de ese mismo año el coronel carlista Miguel Lozano, nacido en la población murciana de Jumilla, recorrió Bonete, Hellín, Socovos, Férez y Nerpio recaudando contribuciones de guerra para su causa. Posteriormente, en ese mismo mes de septiembre, llegó a Bogarra donde fue capturado por el brigadista gubernamental Dabau, que le llevó prisionero hasta Albacete donde se le formó un consejo de guerra que le sentenció a morir fusilado el día 3 de diciembre (Manuel Requena Gallego en Historia de la Provincia de Albacete).
De todas formas las noticias sobre el apresamiento y muerte de Lozano son contradictorias y algunos autores afirman que logró escapar del cerco realista de Bogarra. En el Archivo Histórico Provincial de Albacete existe un informe, enviado por el Juzgado de Primera Instancia de Caravaca al Presidente de la Audiencia de Albacete, en el que se da la noticia del asalto de Lozano a la localidad de Moratalla el día 4 de octubre de 1874 a las 8,30 de la tarde, por lo que era imposible que hubiese sido capturado en Bogarra el mes anterior. Se informaba en ese escrito que, al mando de 1.500 hombres, había entrado en el Registro Civil donde se apoderó de todos los libros que fueron quemados posteriormente. En el Ayuntamiento retuvo al alcalde, concejales y mayores contribuyentes del pueblo a quienes obligó a que le entregasen una cantidad de dinero cifrada en 41.800 reales, 1.500 raciones de comida y 60 fanegas de cebada. Además se llevó 25 fusiles y numerosos cartuchos que se encontraban en el depósito del citado edificio consistorial.
También Roa y Erostarbe afirma que Lozano consiguió escapar en Bogarra del cerco que le tendieron las tropas liberales, aunque este autor traslada este encuentro bélico al día 16 de octubre de 1874. Según Roa, Lozano salió precipitadamente a media noche y apenas vestido por una estrecha abertura que había entre dos edificios de la población. Cuenta que tuvo que dejar sin embargo antes de retirarse a muchos de sus hombres dentro del pueblo, que fueron hechos prisioneros, casi toda la caballería y unos 13.000 duros en metálico. El jefe carlista se dirigió con los 150 hombres que le quedaban hacia Villanueva de la Fuente, después de pasar por Riópar y Villaverde de Guadalimar.
Ramón García Montes, más conocido como Ramón Roche, fue un oficial carlista que a finales de marzo de 1873 y al mando de 120 hombres recorrió los municipios de Ontur, Albatana y Hellín, localidad esta última donde parece ser que tuvo algún apoyo por parte de la población. Unos días más tarde causó destrozos y confiscó dinero, víveres y caballerías en Alatoz, Carcelén, Hoya Gonzalo, Villa de Ves, la Estación de Chinchilla y Pozohondo. Había nacido en Montealegre del Castillo en 1833, por lo que conocía toda la zona a la perfección y siempre sabía por donde se movía lo que imposibilitaba su captura por las tropas del gobierno. Para contrarrestar el apoyo de la población a Roche y a los demás carlistas, el gobernador republicano Ramón Moreno llegó a solicitar a los sacerdotes que desde el púlpito instasen a sus feligreses a que no les ofreciesen apoyo. Al tiempo mandó detener a trece personas en la capital por colaboracionistas y a un juez en Hellín.
Tanta incursión carlista por los pueblos de nuestra provincia y en la misma capital llevó a muchos ayuntamientos a tomar medidas para evitar que las tropas enemigas llegasen a sus localidades, sobre todo cuando una partida se encontraba en alguna población cercana. Así por ejemplo, en Liétor se reunió el Ayuntamiento en asamblea permanente ante la llegada del cabecilla Rico a Peñarrubia y Elche de la Sierra al frente de casi 500 hombres, a finales de octubre de 1873. Los miembros del consistorio, con su alcalde Andrés Gil a la cabeza, decidieron tomar una serie de medidas de urgencia con el fin de evitar una invasión de su villa ante la llegada inminente de las tropas carlistas. Entre esas medidas se decidió cortar el puente sobre el río Mundo, situado en el camino que conduce a Elche de la Sierra. También se enviaron exploradores por ese camino para avisar de la llegada de los carlistas, se ordenó que se reuniesen y tomasen las armas todos los voluntarios de la República y la colocación de luces artificiales en todos los balcones o ventanas que dan vista a la vía pública por la noche.
De igual forma el Ayuntamiento de Liétor decidió la publicación de un bando para que todos aquellos ancianos, niños y mujeres que quisieran salir del pueblo por su propia voluntad pudiesen hacerlo inmediatamente. Se comunicaba a la población que al toque de corneta o de campanas todos los varones mayores de 20 años y menores de 60 debían presentarse en la plaza para defender la población. Se decía además que aquellos que no acudiesen al tocar a rebato sin una causa justificada serían castigados con una multa de 25 pesetas, sin perjuicio de que se abriese también un sumario contra ellos para determinar las causas de no acudir a una llamada tan esencial y patriótica como era la defensa del pueblo y sus hogares. Sin embargo la invasión de las tropas carlistas, denominadas desde el Ayuntamiento letuario como turbas de ambiciosos e indisciplinados merodeadores que sin bandera alguna robaban, saqueaban, devastaban e incendiaban evocando a la sagrada religión, no llegó a producirse sobre esta localidad. Impidió esa invasión, sobre todo, la llegada de una columna republicana al pueblo mandada por el coronel Moltó procedente de Hellín, lo que aconsejó a los carlistas a tomar otros derroteros.
Acabada la I República española, tras el golpe militar del general Pavía en enero de 1874, en diciembre de ese mismo año se restauraba en el trono a la casa de Borbón. El nuevo rey, Alfonso XII, hijo de la destronada Isabel II, tuvo como principal objetivo en su nuevo reinado poner fin a la guerra carlista. El mismo rey se puso al frente de las operaciones militares infligiendo severas derrotas al autodenominado “Ejercito de Dios, del Trono de la Propiedad y de la Familia”. Estas derrotas forzaron al pretendiente carlista, Carlos VII, a cruzar la frontera francesa por Valcarlos (Navarra) el 28 de febrero de 1876 rumbo al exilio. Ese mismo camino del exilio tuvo que ser tomado por numerosos oficiales y altos jefes carlistas, aunque la mayoría de los combatientes decidieron acogerse al indulto que muy pronto concedió el nuevo rey. Sin embargo otros carlistas como Ramón Roche, tal vez marcados fuertemente por una ideología y unos principios que creían justos, no decidieron aceptar la rendición ni tomar ninguno de los dos caminos anteriores, por lo que se echaron al monte y comenzaron a vivir en la vida clandestina y bandolera.
Roche, un señor bandido.
Pero Roche no fue un vulgar ladronzuelo que se dedicó a asaltar a pobres caminantes, como hicieron otros muchos bandoleros. Roche era un señor bandido, un hombre distinguido, con educación y con principios, y como tal era tenido por los habitantes de las zonas por donde actuaba, quienes todavía lo recordaban con afecto muchos años después de su muerte. Además algunas de sus acciones durante la guerra habían sido verdaderamente espectaculares, como la que realizó en el Ayuntamiento de Hellín en 1873. Se cuenta que haciendo creer a las autoridades que un enorme ejército carlista mandado por Lozano rodeaba la ciudad, entró dentro del pueblo acompañado únicamente de diez hombres que estaban a sus órdenes. En el consistorio exigió la entrega de todos los fondos que allí había, y además mandó bajar a la plaza toda la documentación existente en el Registro Municipal con la que hizo una gran hoguera, para así poder destruir títulos de propiedad, deudas no pagadas, etc. A continuación marchó completamente tranquilo hacia las afueras del pueblo perdiéndose a la vista de los asombrados hellineros. Otros autores cuentan que ese mismo año, en julio, robó también los fondos municipales del Ayuntamiento de Calasparra, por lo que se mandó a una partida de guardias en su persecución, aunque no se le consiguió capturar.
Desde el fin de la guerra Roche estuvo continuamente en boca de la gente, que hablaba de él en tertulias de café de pueblos importantes como Hellín, Tobarra, o incluso en la misma capital albaceteña. También en las tabernas o en las ventas de los caminos reales era el tema principal de conversación de aquellos años finales del siglo XIX. Al igual que ocurría en los mismos cortijos y aldeas de la comarca de Hellín, donde, una vez entrados en bureo toda la familia o varios vecinos, al calor de la lumbre de la chimenea y entre trago y trago de vino, contaban historias del bandido, a veces ciertas, pero que otras veces superaban en muchos puntos a la misma realidad. Además Roche era muy admirado por las gentes humildes por el solo hecho de enfrentarse a las fuerzas del orden y al poder establecido, y veían en él a un hombre que se había echado al monte por defender unos ideales que creía justos. Por todo ello, en los caseríos aislados y aldeas a los que llegaba, se le daba cobijo y alimento sin necesidad de que tuviera que tomarlos a la fuerza.
Se cuenta que incluso hubo bandidos que tomaron su nombre para cometer algún robo, como así dicen que ocurrió en cierta ocasión mientras Roche estaba en la casa de un tal Isidoro Molina. Hasta allí llegó un bandido, al que denominaban el Zapaterín de la Reja, que se puso a llamar a la puerta diciendo ser el Roche. Pero el verdadero Roche salió y agarró al bandolero apócrifo por el pecho y tras darle dos bofetadas le dijo quien era y que no lo volviese a ver más por allí mientras él estuviese por la comarca. Incluso se decía que se constituyó en defensor de los humildes contra estos bandidos de poca monta que merodeaban por el lugar, como así hizo también luchando con un sanguinario bandolero llamado Peliciego. Sin embargo a las gentes acaudaladas y poderosas les obligaba a darles parte de su fortuna, más aún si estos habían sido partidarios durante la guerra de las tropas gubernamentales.
Intentando ensalzar al bandido por encima de la Guardia Civil se contaban anécdotas sobre el temor que los guardias le tenían. Se dice que en una ocasión dos guardias entraron en una casa donde estaba Roche y comentaron que cuando lo encontrasen le iban a dar una verdadera lección antes de acabar con él. Este que los escuchó salió al instante y dijo que estaba ante ellos por lo que si eran tan valientes cumpliesen lo que habían prometido. Pero los guardias se quedaron completamente atemorizados y no fueron capaces de mover una sola pestaña. Otros relatos cuentan de verdaderas partidas de guardias civiles huyendo acobardados ante su presencia, pero supongo que esto forma más parte de la leyenda que de la realidad.
Las personas mayores recuerdan haber oído a sus abuelos contar muchas historietas sobre Roche, historietas que posiblemente muchas veces fueran pura ficción. Decían que no sólo era respetado por las gentes del campo sino que además hacía todo lo posible por socorrer a esas gentes. En cierta ocasión ayudó a dos jóvenes que estaban cortando leña y además les dio de comer de lo que él llevaba. Otra vez se cruzó con un campesino que iba montado sobre un burro que era tan viejo que parecía un auténtico esqueleto. Roche al ver al animal lo mató y entregó dinero a su dueño para que comprara otro más joven. Incluso se dice también que dio unas monedas a otro hombre que estaba por Las Hermanas y llevaba esparto a la espalda para sacar algún dinero. Otros contaban lo alto que era y la enorme fuerza que tenía el carlista y que nadie era capaz de vencerlo en un pulso. Además se decía de él que poseía una puntería envidiable.
Juan Antonio Alcantud, un hombre de edad avanzada, contaba en 1994, que su abuelo, que había sido guarda de Las Hoyas durante más de 30 años, fue muy amigo de Roche. La amistad tuvo su origen en cierta ocasión en que el bandido encontró al guarda en un camino y le pidió de comer, cosa a la que éste no rehusó. El guarda contaba años más tarde a su nieto que Roche siempre llevaba en el bolsillo una bola de veneno par suicidarse si algún día se veía acorralado por la Guardia Civil. También hablaba este hombre de la bondad y generosidad del bandido con los pobres, pues obligaba a las gentes de dinero a socorrer a los más necesitados. De ahí el apoyo que tenía entre las clases más humildes.
Incluso el escritor hellinero Mariano Tomás López, nacido precisamente en el año que sería el de la muerte del bandido, lo hizo protagonista en su novela Semana de Pasión, aunque allí el teniente carlista aparece con el nombre de Antonio Roche. En ella se cuentan historias como el asalto al Ayuntamiento de Hellín, la ayuda prestada a una mujer de la misma localidad al liberar a su hermano, soldado gubernamental prisionero por su coronel Lozano, y otras en las que seguramente se mezclen muchos hechos reales con otros imaginarios. En esa obra, reeditada en edición facsímil en 1999 por la Asociación de Peñas de Tamborileros de Hellín, se cita también la aventura pasional del carlista con la joven a cuyo hermano libera, aunque en la realidad el carlista estaría ya casado con Ana López con quien tuvo tres hijas y dos hijos. También se le ofrece en la novela la posibilidad de acogerse al indulto y permanecer en el ejército con su graduación militar, pero sus principios e ideas, totalmente entregados a la causa carlista, le obligan a rehusar.
El único hecho por el que se imputaba a Roche la comisión de algún crimen fue el que tuvo lugar en la Venta de Minateda el 3 de septiembre de 1889. Parece ser que el bandido estaba dentro de la venta cuando fue cercado por los miembros de la Guardia Civil, que al parecer conocían su estancia en el lugar. En cuanto comenzó a clarear el día Roche mandó soltar el ganado que allí había y él mismo, cubierto con una piel de oveja, se mezcló entonces con los animales para intentar escapar del cerco. Sin embargo fue descubierto por los guardias y se inició un tiroteo por ambas partes en el que murió un miembro de la Benemérita y otros tres resultaron heridos. Precisamente en el semanario de Hellín El Amigo del Pueblo, publicado el 8 de septiembre de ese mismo año, viene reflejado este hecho en el que se cuenta que, aparte del miembro de la Benemérita muerto, un guardia recibió cuatro balazos en una pierna, otro resultó con un tiro en el pecho y un tercero sufrió una contusión en un brazo.
En un telegrama, enviado por el Juzgado de Primera Instancia de Hellín a las autoridades de Albacete para comunicar el incidente que causó la muerte del guardia y los tres heridos, se dice también que fue un capitán de la Guardia Civil acompañado de siete parejas de guardias los que trataron de capturar a Roche en Minateda, pero que el bandido huyó entre las mulas y demás ganado que soltó, aunque uno de sus hombres fue capturado. En ese telegrama se informa igualmente de la muerte de una caballería y de otras reses que resultaron heridas por los disparos cruzados entre bandidos y guardias.
Del sepelio del guardia civil muerto se cuenta una anécdota curiosa. A él asistieron numerosas personas, entre ellas las autoridades civiles y militares de Hellín. El féretro del fallecido fue llevado a hombros por sus compañeros del cuerpo armado hasta la salida del pueblo, y desde allí hasta el cementerio en un coche de caballos. Acompañaba además al cortejo la banda municipal de música, que tocaba una marcha fúnebre mientras iba tras el cadáver. Pero al regreso del cementerio, una vez inhumado el cuerpo del guardia, la banda se puso a tocar un alegre pasodoble lo que suscitó las críticas y risas de muchas personas e hizo enrojecer de vergüenza a muchas otras.
Por la muerte del guardia se detuvo al hijo de Roche, Emilio García López, acusado de colaborar y acompañar a su padre en sus correrías. Después de su detención fue sometido a un consejo de guerra presidido por el coronel del Regimiento de Reserva de Hellín, Salvador García Flores. Se pedía una pena de cadena perpetua por colaborar con su padre, Ramón García Montes, en el atentado cometido contra la Guardia Civil. Pero su defensor, el teniente Rafael García Toboso, demostró que Emilio no tuvo nada que ver en aquel hecho de la Venta de Minateda, por lo que consiguió su libre absolución y su posterior liberación.
Tras echarse al monte, una vez finalizada la última guerra carlista, Roche casi siempre anduvo en solitario, aunque hubo una época, que coincidió posiblemente con la acción de Minateda, en que reunió una pequeña cuadrilla. En esa cuadrilla se integraban un tal Riyes y otro llamado Zapaterín, ambos de Montealegre del Castillo, y otro hombre que se llamaba Antón el Hospitalero. Este último hombre, que era natural de Liétor, debió ser mucho más joven que el bandido, pues tras ser detenido por la Guardia Civil y una vez cumplida la condena a la que fue sentenciado, murió de viejo en Liétor sobre el año 1930. Pero el sentido de la justicia que tenía Roche, su cultura, caballerosidad y honorabilidad, de la que tanto hablaban aquellos que lo conocían, le hacía ir casi siempre en solitario antes que unirse a gente de baja ralea.

La muerte de Roche.
La muerte de Roche, como la de los grandes y épicos bandoleros, al producirse de manera trágica y violenta, facilita la entrada de este personaje en la leyenda. De esta manera como ocurrió y ocurriría después con otros bandidos son varias las versiones que corren sobre su desgraciado final. Según la versión oficial, puesta de manifiesto en el atestado del teniente Manuel Arroyo, jefe de la Línea de Tobarra, se dijo que dicho teniente, al mando de un pelotón de once guardias iba en persecución del criminal Ramón García Montes, alias Roche, a las 11 de la noche del día 15 de julio de 1891, víspera de la festividad de Nuestra Señora del Carmen. El citado oficial distribuyó la fuerza en dos grupos, siendo el grupo mandado por el guardia José Ojeda e integrado por otros tres guardias civiles más quienes descubrieron a Roche desde lo alto del Collado de Pozo Tomillo. Los guardias, según cuenta el oficial de la Benemérita en su informe, pudieron reconocer fácilmente al bandido gracias a la luz de la luna, pues resaltaba claramente su elevada estatura y porte. Además llevaba un garrote en la mano derecha y una escopeta terciada sobre el brazo izquierdo lo que confirmó todavía más las sospechas de los agentes del orden. Según el informe del oficial el bandido marchaba por el camino que desde Híjar se dirige hacia Casa Sola, Casa de la Rambla de Maturras y Villarejo. Pero al darle la voz de alto Roche contestó disparando por lo que los guardias le acribillaron a balazos.
En el informe del teniente se hace también una minuciosa descripción de las armas y otros objetos que llevaba. Aparte de una escopeta de dos cañones y un revólver de seis disparos con su correspondiente munición, destaca un nombramiento de coronel del arma de infantería expedido por el Gobierno de la I República, una carta con “besos dedicados a la mujer de mis sueños”, una petaca de tabaco, varios pliegos de papel y sobres en blanco para escribir cartas, un tintero, una pluma, un anteojo de larga distancia, una caja con unas lentes, dos monedas de plata y una de cobre, etc. También se indicaba que iba vestido con una cazadora y un chaleco de lana negra a cuadros dorados y pantalón de lana de color negro listado con tonos dorados. Además llevaba una blusa de hilo color ceniza, una camisa de algodón, una boina y unas zapatillas de tela con suela de cáñamo. Igualmente se describe la ropa interior que guardaba como calzoncillos, calcetines, etc.
En una publicación de la época se cuenta que el resultado de la autopsia contempla la muerte del bandido como consecuencia de un disparo en el cuello y otros cinco más en el pecho, estómago, vientre, ingle derecha y pierna derecha. Pero además presentaba tres impactos de posta en la pierna, muslo y costado, una munición no usada por la Guardia Civil. Esto último y su mal estado en el momento de su muerte (se dice que estaba muy enfermo, con los pulmones muy deteriorados y el corazón de tamaño muy reducido) llevó a pensar a las gentes de la comarca en otras versiones que difieren bastante de la versión oficial contada por el teniente en el atestado. Además es bastante extraño que un teniente y once guardias (acostumbrados a patrullar casi siempre en parejas) fueran por un lugar tan solitario, a no ser que se hubiese preparado una trampa al bandolero o se hubiese recibido alguna delación de alguna persona cercana a él.
Una de estas versiones sobre su muerte afirma que fue asesinado por el guarda del Castillarejo, quien lo mató en su propia casa con la escopeta de postas cuando estaba allí durmiendo y luego dio aviso a los miembros de la Guardia Civil, que lo llevaron en una burra hasta Pocico Tomillo, donde, ya muerto, se efectuaron el resto de los disparos. Otra versión diferente cuenta que Roche mandó al guarda para que comprara un medicamento y allí fue descubierto por el teniente de la Benemérita, quien le ordenó que al regresar a su casa lo matara o lo detendría a él por ser cómplice suyo. Incluso otras personas piensan que el guarda se gastó el dinero en el juego y por temor al bandido cuando le contase que se había quedado sin él lo mató. Otra más dice que estaba descansando en una covacha que utilizaba habitualmente por escondite cuando fue descubierto por un pastor que lo mató para cobrar la recompensa que se ofrecía por él. El ya citado Juan Antonio Alcantud decía que su abuelo, el guarda de Las Hoyas, afirmaba que Roche fue muerto en la Casa de la Rambla (Rambla de Maturras), donde se había refugiado en numerosas ocasiones, y de allí fue bajado por la Guardia Civil hasta Pocico Tomillo.
En fin son muchas las versiones que difieren de la oficial y según el sitio donde vayamos podemos encontrar otras tantas diferentes, aunque la mayoría citan como culpable de su muerte al guarda del Castillarejo. Incluso se cuenta que los hijos de Roche se vengaron de él y, simulando que iban de caza, se dirigieron hasta su casa de Liétor y después de sacarlo de ella lo colgaron en un pino. Aunque sobre esto también hay quien piensa que fue el mismo guarda el que se suicidó por los remordimientos que sentía tras haber dado muerte a su amigo. Otros sin embargo niegan la muerte del guarda y cuentan que sólo fue un hijo a Liétor a vengarse de él, ya acabada la Guerra Civil Española, pero lo encontró tan avanzado en edad y con una salud tan deteriorada que le dio pena y no se atrevió a matarlo. Lo que si es cierto es que esta muerte trágica del bandido impactó de forma profunda entre las gentes de Liétor, del campo de Hellín y de Montealegre del Castillo, pueblo este último donde el nombre de Roche aún se conserva, pues un hijo suyo llegó a ser alcalde y todavía vive una nieta que, aunque domiciliada en Madrid, tiene allí una casa.
Todas las gentes de estos pueblos, con una mentalidad siempre imaginativa y ante la necesidad de tener historias que contar a los más jóvenes, le hicieron entrar muy pronto en el mundo mágico y romántico de la leyenda. Al igual que la mayoría de bandidos famosos muertos de forma violenta bajo el plomo cruel de los fusiles de las fuerzas del orden, fue idealizado por el sentir popular como un bandolero que robaba a los ricos y ayudaba a los pobres; como un paladín de los menesterosos en su lucha ancestral e histórica contra las clases poderosas. Aunque la mayoría de los jóvenes de hoy ignoran la existencia de la figura legendaria de Roche, los más ancianos recuerdan aún las historias contadas por sus mayores tiempo atrás y esta copla, que las liras tañidas por las manos invisibles del viento fue extendiendo como un llanto eterno por toda la comarca sur de la provincia albaceteña:

"En la Rambla de Maturras,
a vista del Villarejo,
mataron a Ramón Roche
a traición como a un conejo."

(C) Antonio Matea Martínez -------------------------------

Los Niños de Hellín Por Emiliano Martinez



Se ha perdido una de las costumbres de los hellineros que a los hijos de familias pudientes les llamaban “El Niño…”, que normalmente se perdía al contraer matrimonio.

Me detengo de manera especial en la devoción al Niño Jesús que siempre tuvieron los hijos de Hellín. Ello justifica la cantidad de imágenes del Niño Dios que hay en los distintos templos de nuestra querida ciudad.

La Religiosas Clarisas tenían un buen número de estas sagradas imágenes. Ignoro si aún las conservan. A algunas las tenían en cunas y otras ya mayores, eran preciosas imágenes de vestir. Algunas de éllas las tenían para visitas domiciliarias por las casas de nuestro pueblo.

La “Seisena” al Niño Jesús la celebrábamos del uno al seis de Enero en la Parroquia, siendo, por tanto, el primer ejercicio del año. En el mismo mes de Enero se comenzaba el novenario de “La Candelaria”, que finalizaba el día dos de Febrero con la “Presentación” del Niño Jesús en el templo.

Recuerdo de mis años de seminario (1944-1953), cuando en las vacaciones de Navidad hacíamos la rifa de un precioso Niño Jesús, destinando sus beneficios a la compra de figuras del “Belén” que montábamos en la Parroquia de la Asunción, cuyo principal artífice era mi compañero Ángel Escandell, recientemente fallecido.

Estaba muy arraigada la devoción al Niño Jesús de Praga, a quienes los chiquillos llamábamos el “Niño de la Bola”. En las visitas a Praga, la mayoría de las agencias de viaje incluyen la visita al templo donde se venera dicha imagen, de origen sevillano, como todos sabemos.



Entre los templos de Hellín, donde se venera al “Niño Jesús de Praga”, está el de Santa María de la Asunción y el convento franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles.

Muy cerca tenemos una ciudad con especial devoción al Niño Jesús. Me refiero a Mula, que tiene una pedanía dedicada a Él, con estación de ferrocarril “El Niño”, en la antigua línea de “Vía Estrecha” de Murcia a Caravaca. La “Historia del Niño Jesús de Mula” la escribió Don Antonio Sánchez Maurandi, sacerdote muleño, a quien conocí de párroco en San Antolín, en Murcia.

Pero en Hellín tenemos un precioso Niño, a quien han venerado muchas generaciones de hellineros, y que nos hizo un maravilloso regalo: La Coronación Canónica de Nuestra Patrona, la Santísima Virgen del Rosario. Gracias a la antigüedad del Niño que lleva en su regazo fue posible la Coronación Canónica en el año 1.955.

La popularidad del “Niño” es tan grande y familiar, que por éllo se le permitió al “Tío Tomate” su célebre coplilla:

"La Virgen del Rosario
tiene un “Niñico”
que ni come, ni bebe,
y está gordico.”

Algo parecido ocurre con la Virgen Niña. Las “Monjas Claras” tienen una “Niña María” con acreditada fama de milagrosa. Era costumbre medir una cinta que tenía la misma altura de la “Niña María” y se dejaba para los enfermos y personas delicadas que la solicitaban.

Excepcional relevancia tuvo la fiesta de la Niña María, que se celebraba en el Colegio de la Compañía de María, o Monjas de la Enseñanza, el 21 de Noviembre, Presentación de la Virgen en el Templo, con su procesión por las calles de Hellín.

El pueblo siempre tuvo y conservó estas devociones con verdadero cariño y simpatía. Quizás también constituía una muestra de cariño familiar esta forma de expresión en gran número de hogares. El niño y la niña, para referirse a los retoños que permanecían en la casa

Sin ser exhaustivo, quiero dedicar un recuerdo especial a algunos “niños” que he conocido, incluyendo a los que, ya casados, conservaron este título hasta el fin de sus días.

Empiezo por el “Niño Ignacio” Valcárcel Serra, con quien me unía una gran amistad, y charlé muchas horas recordando nombres y anécdotas de los Valcárcel y de muchas otras familias emparentadas. Su amabilidad y sencillez le daban una conversación agradable y cordial. Era un gran conocedor de los campos de Hellín y sobre todo de nuestro río y su querido Tedelche, o “Telche” como decían los más viejos.

Forzosamente he de seguir con el “Niño de las Monjas”, Pedro Antonio Rodríguez Moreno, que se ganó el título por vivir en la Plazuela de las Monjas, frente al Convento de Santa Clara. Vinculado también a unas de las familias más antiguas de Hellín: Los Rodríguez de Vera y los Rodríguez “Pelaos”, por línea paterna, y los López de Haro, por línea materna.

Continuamos con el “Niño del Cenajo”, Angel Ruiz Martínez, por su procedencia, relacionado con la industria harinera por sus hermanos Emilio “El de la Panificadora” y Santiago “El de la harina”.

El “Niño de la Torre”, José Fernández, que tomó este nombre cuando quiso ser torero, por su procedencia de “La Torre de Uchea”.

El “Niño Jaime” Cano Ladrón de Guevara, recientemente fallecido, abogado y miembro del Cuerpo Diplomático por oposición. Con una gran cultura, no ejerció nunca su profesión, viviendo en la calle Eras, en el caserón de sus padres: el médico forense Don Enrique Cano “El Tío Cartón” y Doña Guadalupe Ladrón de Guevara.

El “Niño Eusebio” García Gil, hijo de Eusebio “El de la Elisa”, con sus famosos caramelos del “Congreso”, vinculados al “Paso Gordo”, al que rociaban de caramelos al pasar frente a su domicilio. Esta costumbre la tenían también con San Antón, sólo que a éste le tiraban peladillas, que las hacían riquísimas.

El “Niño Antonio” Millán Pallares, entusiasta de Hellín y muy especial de nuestra Semana Santa. Abogado y escritor de fina pluma. Muchos años Hermano Mayor de la Cofradía de la Virgen del Rosario, Patrona de Hellín. Con vocación religiosa, ingresó en la Orden de Santo Domingo, siendo novicio con el Padre José Merino. Fue fundador de la procesión del Jueves Santo, con neto sabor sevillano, regalando a Hellín la Virgen del Dolor y el Jesús del Gran Poder, extraordinarias obras de su gran amigo Fernández Andes.

El “Niño Elías” Martínez Velasco, hijo del gran alcalde Don Juan Martínez Parras y Doña Pilar Velasco Ortuño. Combinaba sus cofradías de “La Verónica” y “La Dolorosa”. De carácter muy agradable y familiar, le tenía un gran afecto a su fámulo “Macica”.

El “Niño Luis” Ladrón de Guevara Peñafiel, casado con su prima, la guapísima María Luisa Cano. Administrador, durante muchos años, de su tía Doña Elvira Ladrón de Guevara, en la Plaza de San Francisco, heredera de la gran fortuna de los Salazar y de los García-Noblejas.

El “niño Juanito” hijo de Doña Florentina Delicado “La Capitana”, con profunda minusvalía, primo hermano de Don José Delicado Baeza, Arzobispo Emérito de Valladolid, que disfrutaba buena parte de sus vacaciones en nuestro pueblo, en sus años de Seminario.

El “Niño Juanito” Sánchez Quesada, a quien conocimos como miembro de un gran número de nuestras cofradías pasionarias, portando el estandarte o guión.

Y como final de los niños, mi buen amigo Jesús “El Niño”, antiguo dependiente en la tienda de Ismael, en el Rabal, junto con su hermano Hipólito, viejo compañero de Acción Católica en el Rosario.

Entre las mujeres era menos frecuente la denominación de “Niña”, pero también recuerdo a:

La “Niña María”, en el Barrio Nuevo, que hacía de mandadera en todo el barrio.ç

La “Niña Urbana” Ruiz Caro, con su bata blanca de enfermera primero en la Plaza de la Iglesia y después en la calle del Mono. Vivía con su hermano Pepe, agrimensor, como entonces se llamaba a los Peritos Agrícolas.

La “Niña Pepa” Toboso, en la calle del Águila, cuñada doble de los Muñoz, al estar casadas sus hermanas Juana y Carmen con los hermanos Juan y Manuel Muñoz Martínez.

La “Niña Aurora” Millán Villote, a quien el pueblo conocía como a la “Chepaica de Don Justo”. Aunque muy vinculada al Convento de San Francisco, no le impidió hacerse cargo de la Capilla de San Antonio en la Parroquia de la Asunción.

La “Niña Lourdes”, Claramonte, tía de mi buen amigo y antiguo vecino José Morales Claramente, fue muchos años miembro de la Junta Directiva de la Cofradía de la Virgen del Rosario, en su Rama de Señoras, en la época de Doña Remedios Marín y de Doña Candelaria Falcón.

La “Niña Consuelo” Ladrón de Guevara Peñafiel, vinculada a la Cofradía de la Inmaculada La “Invicta”, en el convento franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles.

La Niña “Meona” con su domicilio en la Plaza Nueva.

Algunos no llegaban a ser “Niños” y se quedaban simplemente en “Nenes”, y así encontramos a:

“El Nene” Rafael Sánchez Martínez, hermano de “Las Tortolicas”, todos solteros, que vivían en “El plantonar”. Fontanero del Ayuntamiento, era el encargado de cortar el agua de los depósitos.

El “Nenejo”, fontanero de profesión, con una larga saga que continuaron el mote.

El “Nenín” en pleno barrio del Castillo. Era el azote de la chiquillería hasta que la “Choni” le paró los pies.

La “Nena” en la familia de “Los Corteses”, vecina de “La Chulata”.

La “Nenica” con su librería en la calle Mesones, viuda de mi buen amigo Antonio Bueno, empleado de Banesto y entusiasta de nuestra Semana Santa.

La “Nena Pura” Andujar Morcillo, hermana de Manolo “El Chiki”, fallecida en estos días.

Los ha habido con las letras trastocadas y se llamaban “Nanes”, con mención especial para mi gran amigo Victoriano García Gil “El Nane”, primer barbero y después barista, que sustituyó a “Pan y uva”.

Aquí podríamos también incluir a los “Chicos”, entre los que destacaba el “Chico Señores” Juan Antonio Molina Hernández, gran ciclista en sus tiempos jóvenes.

El “Chiki” Manuel Andujar Morcillo, sibarita de la cocina, con su pequeño y taurino bar junto al Rabal, que nunca renunció a sus derechos de soltería.

Y cerramos con “El Chiquitet” en el “Bar Pepiche”, junto a las escaleras de la calle Gracia, al final del Rabal.

No cabe la menor duda de que se me han olvidado algunos, y quizás muy conocidos, pero creo que para los que nos dejaron, la gran mayoría, sea este mi mejor recuerdo en esta fechas de Semana Santa.

Nuestras 12 pedanias Hellineras

Estas son las pedanias que contiene Hellín: Agra,Agramón,Cancarix,Cañada de Agra,Isso,La Horca,Las Minas,Minateda,Mingogil,Nava de Campaña,Rincón del Moro y
Torre Uchea ,son un total de doce pedanias.
Acontinuación miremos un poco en su historia

AGRA
Localización y características
Agra se encuentra situada sureste de la provincia de Albacete, a 6 km de Hellín; en la actualidad cuenta con una población de 154 habitantes.

La población de Agra tiene una estructura urbana muy dispersa, apoyándose en un camino local en forma de U, que entra y sale de la carretera local de Mingogil a Cañada de Agra, y actúa como eje vertebrador del enclave rural.

Fiestas
Sus fiestas se celebran el 13 de junio en honor a San Antonio.

Su economía se basa en la agricultura.

AGRAMÓN

Situación y características
Está situada al sureste de Hellín, se localiza en un cruce de caminos, desarrollándose una estructura típicamente lineal, paralela a las distintas vías en torno a las que se conforma. Se encuentra en la parte más meridional de la provincia de Albacete, en la gran cañada formada por las sierras de Las Cabras y Pedro Pasto al este, y Cabeza Llana al oeste. Al sur limita con el Río Mundo.

Su extensión es de 43 km2, 410 m de altitud, en la actualidad cuenta con 725 habitantes y una densidad poblacional de 20 habitantes por km2

Sus montañas pertenecen al Sistema Penibético. El monte más alto está en la Sierra de los Donceles (814 m); Cabeza Llana (708 m) y las Cabras (707 m). También están los montes de Pedro Pastor y los Cerrones de Tedelche. De entre ellas destacan la Sierra de las Cabras de formación volcánica.

Agramón se comunica con la A3 Madrid-Cartagena (antigua N-301) a través de la carretera comarcal de Cancarix y de Minateda. Se comunica también con Hellín por medio de un antiguo camino real (Camino Real de Hellín a Calasparra) hoy convertido en carretera local. Con las Minas y Andalucía por la carretera comarcal con desvío al Pantano de Camarillas.

Tiene una estación de ferrocarril situada a dos km del pueblo, perteneciente a la red principal Madrid-Cartagena.

Actividades económicas
En lo que respecta a la economía destaca la agricultura con tres zonas agrícolas:

Huerta: regada por el arroyo (Rambla de Tabarra), sus aguas salitrosas sólo permiten el cultivo de determinadas hortalizas en especial la cebolla. Es zona olivarera por excelencia.
Vega del río Mundo: formada por arroz y árboles frutales: melocotoneros, albaricoqueros, perales, ciruelos…
Secano: se cultiva especialmente viñedos, cebada, avena y olivar de secano.
La ganadería es escasa y la poca que hay es ganado ovino y caprino.

Agramón cuenta con importantes recursos naturales:
En la red hidrográfica destacan cursos contínuos: Río Mundo; y discontinuos: Rambla de Tobarra (arroyo) y el lago del Azaraque y a escasos 20 km se encuentra el pantano de Camarillas.

Como zona protegida con la calificación de lugar de interés comunitario nos encontramos los saladares de Agramón, es un enclave de alto valor ecológico, con endemismos locales únicos en Europa, una delicia para los amantes de la botánica.

Fiestas y tradiciones
Las fiestas de Agramón se celebran el fin de semana anterior al 20 de agosto en honor a San Joaquín, destacando las carrozas y los encierros.
También hay que destacar la Semana Santa, siendo la pedanía hellinera con más participación de tamborileros tras el núcleo urbano. Estos tamborileros visten túnicas de color morado.

En Navidad se monta un excelente Belén que es muy visitado desde el día 8 de Diciembre hasta el 14 de Enero. También en estas fechas y próximo a la Navidad se esta realizando, en la Parroquia de San Joaquín, un magnifico Concierto de Navidad.

Agramón cuenta con todo tipo de servicios y un buen equipamiento urbano, en definitiva un lugar idóneo para visitar.



CANCARIX

Localización y características
Esta pedanía está situada en la zona más al sur de Castilla la Mancha, a 17 km de Hellín, y a escasos kilómetros de Murcia.

Situada junto a la N- 301, de Murcia-Albacete, en su confluencia con la carretera local de Agramón.

El número de habitantes censados es de 104 siendo en su mayoría agricultores. Su clima dada su proximidad a Murcia es más benigno que el de Hellín), cuenta con una altitud de 502 m.

Cancarix presenta una estructura urbana con una calle principal – C/Mayor, donde se ubican los equipamientos existentes: iglesia, centro social polivalente y consultorio médico, con la presencia de algunos espacios libres de uso público. La frontera física que supone la N-301 ha sido rebasada por actividades vinculadas al servicio de la misma: gasolinera, bares, hostales y reparación de neumáticos.

Actividades económicas
En cuanto a los cultivos predominan el cereal, la vid y el almendro. Con respecto a la ganadería nos encontramos con ganado ovino y algo de caprino y porcino

Fiestas y tradiciones
Las fiestas de Cancarix se celebran el 15 de Agosto en honor a San Roque. La Iglesia de esta pedanía recibe también el nombre de San Roque, indispensable es su visita.

Recursos naturales
En las cercanías del pueblo de Cancarix nos encontramos con un relieve volcánico de gran interés. Se trata de un espacio protegido y, como tal, catalogado como Monumento natural. En este pitón volcánico podemos encontrar rocas ultrapotásicas, denominadas jumillitas, con una composición mineral que las hace únicas (este es el único lugar del mundo donde existen).



CAÑADA DE AGRA

Localización y características
Esta pedanía constituye uno de los conjuntos rurales más bellos del término municipal. Se constituyó como poblado de colonización en los años sesenta (junto con las pedanías de Mingogil y Nava de Campaña), y su diseño urbano fue merecedor de la medalla de oro de Arquitectura de la VI Bienal de Sao Paolo en loa años 60.

En la actualidad, esta pedanía que presenta una extensión de 788 km2, cuenta con una población de 395 habitantes y se encuentra situada a 6 km de Hellín.

Existen en esta poblado una gran profusión de espacios libres de uso público, de forma que todas las manzanas dan frente a áreas ajardinadas. En el centro del pueblo se abre una plaza porticada, recientemente rehabilitada en cuya parte inferior se encuentra un edificio propiedad del Ayuntamiento destinado a guardería. El resto de los equipamientos lo constituye la escuela, el centro social polivalente y el consultorio médico, así como una pista deportiva a las afueras del poblado. Cuenta también con algunos servicios, tales como una tienda de ultramarinos y dos bares situados en el centro del pueblo, junto a la plaza.

Esta población cuenta también con la Parroquia de San José que gracias a sus peculiaridades recibió el Premio Nacional de Arquitectura; Las vidrieras traseras así como los elementos litúrgicos del interior de este templo es propio de la primera etapa postconciliar.

Alrededores
En las cercanías de Cañada de Agra, nos encontramos con la necrópolis ibérica de Loca Eugenia, cuyas tumbas acogieron los restos de príncipes y caballeros del siglo II antes de C.

Todo el entorno de Cañada de Agra se encuentra rodeado de una arboleda de pinos que confieren una especial atmósfera, tiene su prolongación en una zona de acampada.

Actividades económicas
En lo referente a la economía, se basa principalmente en la agricultura fundamentalmente con cultivos hortícola y frutícola, y algo de ganadería con la cría de ganado ovino.

Fiestas
Sus fiestas se celebran el 19 de marzo en honor a San José.



ISSO

Localización y características
El núcleo de Isso se desarrolla linealmente sobre la carretera CM- 412, de Almansa a Orcera, constituyendo ésta el eje fundamental del pueblo, a lo largo del cual se estructura su actividad.

Se encuentra situado a 5 km de Hellín, en la actualidad cuenta con 2188 habitantes lo que la hace la pedanía más grande de todas las que conforman el término municipal de Hellín.

El pueblo se estructura, en primer lugar, con manzanas alargadas que dan frente a la carretera, desarrollándose al Norte una incipiente estructura urbana con un soporte viario ortogonal, con tipologías de viviendas unifamiliares.


Los servicios se concentran a lo largo de la carretera, tanto los propiamente vinculados a ella (bares, restaurantes y talleres) como el comercio en general, reforzado con otro tipo de actividades: bancos y comercio especializado. La pedanía de Isso engloba, además del asentamiento principal que lleva su mismo nombre, un gran número de barrios que dependen funcionalmente de él, y que se encuentran diseminados en un radio de 500 a ambos lados de la carretera, estos barrios son Méndez, Graos, Caravaca, Peropaile, La Cerca, Villena, etc.

Actividades económicas
La economía de la población está y ha estado basada siempre en la Agricultura y en la Construcción. La agricultura como medio de subsistencia desde siempre, con buenas y fértiles tierras, siendo el albaricoque el mas producido actualmente. La construcción y el transporte son los oficios más comunes entre los isseros, llevando esto a migraciones semanales por el trabajo.

Fiestas
Sus fiestas se celebran el 25 de julio en honor a su patrón Santiago Apóstol, son tradicionales la tirada de carretillas y los tradicionales encierros.

También hay que destacar la cada vez más popular tamborada de Domingo de Ramos.

En Navidad, los danzantes bailan sus antiquísimas danzas religioso-guerreras y luego van por las casas recogiendo donativos para una misa por las ánimas y ante los más tacaños sólo bailan la danza del arriero.

Naturaleza y patrimonio
Cruzando el río Mundo, se integran en un medio natural especial, rodeado de olmos, pinos y la típica vegetación de ribera los puentes romanos de Isso (s. XVIII), un lugar adecuado para realizar actividades de ocio, ofrece barbacoas, lugares para comer, desde aquí el visitantes puede realizar diversas marchas, excursiones por las orillas del río en donde descubrir parajes de gran belleza y otra serie de pequeñas obras públicas como presa y otros puentes del s. XIX.

Otros monumentos a visitar en ésta pedanía hellinera son la Torre Almohade del siglo XIII y la Iglesia de Santiago Apóstol, patrón de Isso, que data del s. XIII.



LA HORCA

Localización y características
Se sitúa al Norte de Minateda, en el piedemonte y frente al canal del Tobarra a 11 km de Hellín. En la actualidad cuenta con 47 habitantes.

El nombre de este poblado parece ser debido al hecho de antiguamente los malhechores eran ajusticiados en este lugar, siendo luego expuestos a pública contemplación y escarnio.

Constituye un pequeño enclave habitado que se desgaja en dos agrupaciones diferentes, separadas entre sí unos 250 m, y ambas apoyados en la carretera local de Minateda a Agramón. Se desarrollan en tipologías rurales, con algunas explotaciones agropecuarias.

Alrededores
Este pequeño poblado se encuentra muy cerca de uno de los restos arqueológicos más importantes de Castilla la Mancha: El Tolmo de Minateda.

Actividades económicas
Su economía se sustenta en la agricultura destacando los cultivos de olivar de regadío, cereales y algo de viña y frutales.

LAS MINAS

Localización y características
Al sur de la Sierra de los Donceles y en el límite de la provincia con Murcia, a 30 km de Hellín, trazado por el río Segura, se encuentra el poblado de las Minas. Recibe este nombre a causa del alumbramiento de azufre que existe en la zona, y que al parece se explotaba ya en época romana.

En la actualidad cuenta con 116 habitantes, su altitud es de 396 m.

Presenta una estructura lineal volcada sobre la carretera local de Salmerón (Murcia), con edificaciones dispersas. A la entrada del pueblo se erige un conjunto de “casas baratas” que constituyeron una promoción de iniciativa pública de viviendas sociales, aquí vive, la mayor parte de los habitantes de Minas, y junto a ellas se emplazan los escasos equipamientos existentes: escuela, centro social polivalente y consultorio médico.

La visita
La visita a esta pedanía y a sus alrededores es de gran interés, podemos aquí encontrar vestigios de un pasado no muy lejano.

El paisaje de las minas es de color blancuzco y con una vegetación muy escasa fruto de la actividad de extracción del azufre que se ha desarrollado durante más de 400 años, en los que se deforestaron los montes para alimentar los hornos y se fueron depositando montañas de materiales de desecho.

Todavía hoy podemos encontrar restos de la actividad minera: minas abandonadas, varios conjuntos de hornos cilíndricos, transformadores, algunos restos de la línea de ferrocarril inaugurada en 1904 y algunos restos de edificaciones.

Pasadas las casas de la pedanía, existe una zona de casas semirupestres o casas cueva donde vivían la mayor parte de los obreros. La mayoría de ellas están pintadas con azulete que es un desinfectante natural.

Algo de historia de las Minas
Sobre las Minas se han publicado diferentes artículos :

“Ferrocarril de las minas de azufre de Hellín a la estación de La Minas” de Francisco de los Cobos Arteaga (Federación Castellano Manchega del Ferrocarril)
“Arqueología industrial en Hellin: Las minas de azufre” de Rubí Sanz Gamo, José Antonio Domingo Jiménez y Antonio Selva Iniesta (nº27 de la revista Zahora, 1998)
“Arqueología industrial en Castilla-La Mancha: las minas de azufre de Hellín” de Sebastián Bellón López (Nº 25 de la revista Añil, 2003)
“Las Minas de Azufre de Hellín: de monopolio estatal (1589-1845) a oligopolio privado (1845-1970)” de Antonio Selva Iniesta (nº 6 de la Revista Cultural Albacete, 2005).
De este último artículo publica La Verdad lo siguiente:

“ Las Minas de azufre de Hellín son una referencia constante en manuales de geografía, historia, geología, y sin embargo hay una ausencia total de estudios de carácter económico. Esto se justifica por la ausencia de monografías de carácter científico, dificultades de acceso a las fuentes, y el hecho de que cesó en su actividad entre 1965 y 1970, y que por tanto carece de interés para los estudios que no sean de carácter histórico.

Es importante conocer los antecedentes históricos de esta explotación azufrera. Aparecen recogidas en un texto del geógrafo musulmán Az-Zuhri hacia el año 1154. Es a partir de finales del siglo XVI cuando comienzan a tenerse datos fidedignos sobre su explotación. Entre 1564 y 1565 los yacimientos de Hellín habían sido denunciados; en 1570 se hizo merced de ellos, al parecer al contador Garnica.

Su hallazgo fue fortuito, durante una quema de rastrojos. Al prender fuego, éste se extendió con rapidez despidiendo un fuerte olor a azufre. El 2 de julio de 1562 obtienen la provisión para su explotación Alonso de Monreal y Juan Sánchez Buendía. En la última década del siglo XVI la producción abastecía las principales fábricas de pólvora de España. Importancia estratégica que en el siglo XVIII volverá a ser puesta de manifiesto “porque no hay otro en toda España, siendo cosa tan necesaria y esencial para la pólvora”.

Tras la muerte de Fernando VII, en 1833, el Imperio español en América se derrumba y el azufre, base para la fabricación de la pólvora, se ve reducido a los otros usos. En 1847 Madoz estima la producción en 36.000 arrobas anuales de las cuales la mitad se destina a la fabricación de la pólvora en la fábrica de Murcia y la otra mitad se destina a las fábricas de Cataluña para la preparación de ácido sulfúrico y otros productos químicos.

En 1901 se constituyó la Azufrera del Coto de Hellín, dirigiéndose principalmente hacia usos industriales. Fundada en 1899, la Industrial Química de Zaragoza compró remesas de Hellín. Transformaba ácido sulfúrico, clorhídrico, nítrico y azufre cúprico para tratar las viñas del oidium. Este uso como plaguicida aunque conocido desde la antigüedad se desarrolla en un momento de auge del viñedo en España a partir de 1870 coincidiendo con el desarrollo de la filoxera en Francia.

El crecimiento de la demanda extranjera al desatarse la plaga de la filoxera en Francia hace que los viñedos de Cataluña y Valencia sean incapaces de abastecerla y los vinos de Castilla-La Mancha entran en los circuitos comerciales internacionales. No será hasta bien entrado el siglo XX cuando la filoxera hará acto de presencia en la región.

A finales del siglo XIX se asiste en general a un proceso de cambio en todos los órdenes, es como si el capital privado achacara de todos los males de una explotación rica en sus veneros pero mal gestionada en sus aspectos técnicos y de gestión. Entre estos cambios está el que afecta al método de extracción. Hasta esta fecha el método seguido era de a cielo abierto desde donde se excavaban galerías paralelas al suelo, buscando las capas mas superficiales y también las más ricas, al tiempo que evitaban las zonas más inundables.

Este sistema practicado desde hacía siglos da paso a los pozos verticales y galerías que ofrecía un rendimiento mucho más alto y efectivo. Este sistema requería de una infraestructura que obligó a un intenso esfuerzo de modernización: raíles y vagonetas en algunas galerías y entre pozos y los hornos; jaulas y montacargas, con sus castilletes y casetas para la maquinaria y el tren minero.

El problema principal al que debía hacer frente este sistema eran las continuas inundaciones, que obligaron a la excavación de galerías de desagüe y a la instalación de bombas. La persistencia del problema obligó a buscar solución definitiva, que fue la centralización de los diferentes desagües hacia un pozo único denominado Esperanza.

El proceso de beneficio cambia sustancialmente paralelo con los cambios en la extracción. Los crisoles cerámicos son sustituidos por los hornos tipo Claret situados a pie de pozo para llevar a cabo la primera fusión.

El azufre siciliano era el principal competidor del azufre de Hellín, cuatro veces más barato que el de las Minas. El año 1920 fue el año de la irrupción del azufre americano en las plazas de contratación europeas. Los criaderos de Florida se habían activado durante la contienda a causa de las dificultades de suministro desde España y Japón e irrumpieron con fuerza por su enorme capacidad productiva, gracias a un renovador método extractivo. En 1923 estadounidenses e italianos se autoasignan la capacidad de fijar los precios y se reparten el mercado.

Alternativamente, el azufre deja de obtenerse solo de yacimientos naturales, el gas natural y sobre todo el petróleo contienen azufre. El azufre refinado debido a que constituye la materia prima principal y supuso el fin definitivo no solo de las minas de azufre de Hellín, sino también las demás minas españolas. Incluso hoy día las de Sicilia, están abandonadas y son destino turístico. Los costes de explotación fueron siempre el talón de Aquiles del negocio azufrero de Las Minas. Problemas de mala localización como su situación en un lugar tan insalubre que impedía su explotación durante los meses de verano por las epidemias de tercianas, dificultades de sacar el metaloide, por carecer de comunicaciones, falta de mano de obra, y aún mas de especialistas.

Todas estas dificultades se tradujeron en que los costes de producción siempre fueron mayores que su adquisición fuera de España. Dado que los beneficios dentro de la política colonial española, habían desaparecido.

El azufre hellinero es siempre alabado por su calidad, la flor del azufre era el producto más demandado por la industria farmacéutica por su pureza y calidad tanto en los mercado nacionales como en los internacionales, pues otros azufres contenían pequeñas partes de arsénico que los hacían venenosos para el hombre. Sin embargo, su explotación está cuestionada por sus elevados precios.

El final de las explotaciones mineras del azufre viene principalmente de la obtención de materiales energéticas de primer orden, petróleo y gas natural, donde el azufre es un elemento residual. Posiblemente, el futuro de la explotación de Las Minas hubiera pasado por convertirse en un gran complejo industrial destinado al refino del azufre aprovechando sus instalaciones, cosa que intentó durante diez años, pero su mala localización traducido a costes elevados no lo permitió”

Actividades económicas
Actualmente y tras el cierre de la actividad minera, la base económica de sus habitantes se orienta hacia la agricultura. Los principales cultivos son arroz, maíz, trigo y hortalizas en general.

En cuanto a la ganadería predomina el ganado ovino y caprino, sobre todo el segundo.

Fiestas y tradiciones
Sus fiestas son el último fin de semana de julio o primeros de agosto según el año.



MINATEDA

Localización y características
La pedanía hellinera de Minateda está situada al sureste de la ciudad a la que pertenece, a unos 12 km, situada a orillas del Arroyo de Tobarra y a escasos kilómetros del límite con la Región de Murcia. Se localiza en la carretera local que va de la N-301 a Agramón.

En la actualidad cuenta con 84 habitantes.

Alrededores
La historia de Minateda gira en torno a El Tolmo de Minateda. En él encontramos uno de los parques arqueológicos más importantes de Castilla- La Mancha. Es éste uno de los yacimientos más interesantes de la ruta para los aficionados a la arqueología. Ocupado desde la prehistoria como demuestran las pinturas rupestres de tipo levantino que se conservan en los abrigos.

El Tolmo es un antiguo poblado fortificado iberromano que después fue un asentamiento visigodo y más tarde musulmán. De cada uno de estos períodos podemos encontrar restos: enterramientos excavados en la roca, restos de habitación y necrópolis silos, prensas e importantes muestras de epigrafía romana.

Las pinturas fueron descubiertas en 1914 por Juan Jiménez Llamas, provocando un gran interés entre los estudiosos del arte prehistórico por la enorme cantidad de figuras y la variedad temática y estilística. Las pinturas de Minateda se encuentran en cinco abrigos. Predominan las escenas de caza, la temática faunística. Están fechadas entre el año 6.000 y 1.000 antes de nuestra era.

Actividades económicas
Los cultivos predominantes en Minateda son: cereales, forrajes, vid almendros y albaricoqueros.

Fiestas
El primer domingo de febrero fiestas en honor a la Virgen de la Candelaria en Minateda.



MINGOGIL

Localización y características
Constituye uno de los poblados de colonización que se fundaron en los años sesenta, junto con Cañada de Agra y Nava de Campaña. Se encuentra en plena zona de regadío, al suroeste de Hellín a aproximadamente 7 km.

En la actualidad cuenta con 322 habitantes.

La visita
Mingogil se encuentra rodeado por plantaciones de pinos que dan como resultado grandes franjas arboladas de gran valor ambiental y paisajístico. En el parque podemos ver un reloj solar de gran tamaño.

Su iglesia, la Parroquia de San Isidro es de arquitectura similar al resto de poblados de colonización, en la actualidad se encuentra reformándose.

Fiestas
Sus fiestas se celebran el 15 de Mayo en honor a San Isidro Labrador, destacan por su popular comida a base de unas ricas migas y un buen vino de la tierra.

Actividades económicas
Su economía se sustenta en el cultivo de hortalizas y frutales.



NAVA DE CAMPAÑA

Nava de campaña es uno de los poblados de colonización que surgieron en los años 60, se encuentra situado a 409 m de altitud, en la actualidad cuenta con 722 habitantes.

Situación y características
Su localización cercana a Hellin (4 km) y a la N-301, le confieren un cierto atractivo, reforzado por su estructura singular ortogonal, típica de los poblados de colonización. Las parcelas, de gran tamaño, se adosan entre sí a través de sus linderos laterales y traseros. Los frentes a las calles se consolidan con las viviendas, agrupadas de dos en dos, con grandes portones para dar acceso al interior de las parcelas, donde se desarrollan las actividades agropecuarias. Las tipologías edificatorias son rurales, con acabados en ladrillo cara vista y enfoscados en color blanco.

Los Naveros poseen la parroquia de San Francisco de Asís de arquitectura singular propia de los pueblos de colonización, presenta unas vidrieras traseras y unos elementos litúrgicos propios de la primera etapa postconciliar.

Actividades económicas
Estas tierras estaban ocupadas en parte por monte espartizal y dedicadas al cultivo de cereales y olivar, pero tras su colonización se realizó una nueva ordenación de cultivos, en la actualidad los cultivos son hortalizas y frutales.

En lo que respecta a la ganadería destaca el ganado ovino.

Fiestas
Sus fiestas patronales en honor a San Francisco de Asís se celebran del 24 al 27 de agosto, donde la participación y el buen ambiente están garantizados.

Servicios
Nava de Campaña cuenta con servicios como bares y cafeterías, tiendas de comestibles, zonas verdes, sala de lectura, centro social, colegio…lo que la hace un lugar idóneo para visitar.

RINCÓN DEL MORO

Localización y características
Es un asentamiento es de muy pequeña extensión, y no se puede considerar en puridad un poblado. Constituye una agrupación de viviendas con carácter rural, localizado en el Norte del municipio.

Se encuentra a una altitud de 643 metros y en la actualidad cuenta con 12 habitantes, su distancia al municipio de Hellín es 15 km.

Actividades económicas
Su principal actividad es de carácter agropecuario, lo que unido a su ubicación en el municipio, ha servido para promover la instalación de un polígono ganadero.

TORRE UCHEA

Situación y características
La Torre Uchea es una pedanía de Hellín situada a 7 km al Este del municipio. Limita al Norte con la Sierra de la Cueva y al Este con el Arroyo de Tobarra. En la actualidad cuenta con 17 habitantes.

Esta Pedanía nace en la época de los poblados de colonización con el asentamiento de una familia procedente de Yeste como consecuencia del éxodo provocado por la construcción del Pantano de la Fuensanta.

Actividades económicas
El tipo de aprovechamiento de la zona es agrícola y ganadero, las explotaciones son de tamaño medio y hay un alto grado de parcelación.

Los cultivos predominantes son el cereal, olivar y vid en lo que respecta a secano y en regadío destaca el albaricoque. En ganadería predomina el ganado ovino.


Agra
Agramón
Cancarix
Cañada de Agra
Isso
La Horca
Las Minas
Minateda
Mingogil
Nava de Campaña
Rincón del Moro
Torre Uchea