miércoles, 8 de septiembre de 2010

Radio Hellín en los años 50 Por : Mª Dolores Tomás Tomás


Radio Hellín en los años 50
Radio Hellín fue una emisora de radio que funcionó en Hellín desde 1.958 hasta 1.967, perteneciente a la REM, la Red de Emisoras del Movimiento.
En general, la emisión se podía dividir en cinco programas. Empezaba a las nueve de la mañana con un programa matinal que duraba hasta las doce. Tras el matinal seguía el programa de mediodía hasta las dos y media, y tras él, el programa de sobremesa, que duraba hasta las cinco de la tarde. Finalizado éste se cerraba la emisión, que se volvía a abrir a las siete de la tarde con el programa de tarde, que llegaba hasta las nueve o diez de la noche, en que empezaba el programa de noche, que duraba hasta las doce. A las doce se cerraba la emisora hasta el día siguiente a las nueve.
Por Radio Hellín pasaron numerosos locutores y locutoras, de los que destacaron seis, tres hombres y tres mujeres: Fernando Lazareno, que tenía una voz encantadora, Octavio Tomás, Ángel Moreno, Chencha Parra, Gloria Bernabeu y Conchi Ramón. El director de la emisora era Antonio Serrano, que falleció no hace mucho.
La emisora se financiaba, principalmente, con la publicidad y cuotas que pagaba el club de amigos de Radio Hellín, lo que se sacaba con los discos dedicados y con los otros anuncios que se daban por la radio como necrológicas, funerales, pérdidas, etc.
Teníamos corresponsales y socios de la radio de Hellín tanto en Hellín como en sus alrededores. Corresponsales por ejemplo en Isso, Tobarra, Agramón, Mingogil, Las Minas, Cancarix, que recibían las peticiones de sus vecinos y las mandaban por correo a la emisora.
En Hellín estaba el club de socios, en el que cada socio pagaba cinco pesetas mensuales. Había un cobrador que era Manuel Peña Vázquez, que salía todos los meses a casa de cada socio a cobrar su cuota. A cambio de ésta le daba unos vales para poder dedicar dos o tres discos durante el mes a quien ellos quisieran.
PROGRAMACIÓN
El primer programa cada día lo titulábamos “Buenos días” y consistía en dar la hoja del calendario donde se mencionaba la fecha, el día de la semana, la hora de salida y puesta del sol y de la luna, el santoral del día y el minuto de filosofía que siempre era tan interesante. Luego seguía la información del tiempo y también dábamos los precios del mercado, que los facilitaba el ayuntamiento todos los días.
Al acabar "Buenos días" empezaba un programa llamado "Espacio del productor" que estaba dedicado a los trabajadores en general, a saber: costureras de talleres de modistas, camareros, empleados de comercios, trabajadores de fábricas… Era el programa típico para solicitar una canción que les gustara y se las dedicábamos, de manera gratuita.
Después poníamos un serial radiofónico, que nos enviaban desde Madrid. Cada día poníamos un capítulo que gustaba mucho; era como un culebrón de los que ahora dan en la televisión, pero radiado, claro.
Teníamos también "El club de amigos de Radio Hellín". Que era un programa en el que se emitían discos dedicados por algún oyente a otra persona.
Con estas cosas y con otras llegábamos hasta las doce del mediodía, con el programa que se llamaba también "Programa del mediodía". Se daban las doce campanadas y a continuación el rezo del Angelus, seguido de una breve meditación. Aunque parezca lo contrario, el Angelus tenía sus oyentes. Recuerdo que un día se presentó en la emisora una señora que no era de Hellín, sino que había venido a pasar unos días, para darnos las gracias por ese programa, y decirnos que le gustaba, y que no lo había oído en ninguna otra emisora. Nos pareció un señora muy simpática y agradable.
Después teníamos por la mañana el programa “Moda, hogar y fantasía”, donde hablábamos de moda, tal y como dice el título, dábamos recetas de cocina, trucos para el aseo y limpieza de la casa y muchos consejos relacionados con el hogar. Se llamaba "y fantasía", porque fantaseábamos también.
Teminado éste teníamos un boletín informativo local. Después conectábamos con las noticias de Radio Nacional de España. Y en el boletín de la noche ofrecíamos también el cupón de la ONCE que había sido premiado. También teníamos un programa por la mañana sobre efemérides, en el que se recordaban los hechos importantes que habían ocurrido a lo largo de la historia en ese día.
Octavio Tomás conducía el programa “Felicidades”. Octavio buscaba en los archivos, no sé si del registro o de dónde, quién cumplía años ese día en Hellín y le felicitábamos.
A parte de los programas no podemos olvidar la publicidad. Teníamos una Guía Comercial bastante simpática, porque muchos de los anuncios eran muy originales, incluso los había en verso. De entre ellos recuerdo el de un comercio importante de Hellín, “Abelardo”, que tenía un anuncio que hacían dos locutoras. Una decía: "¡Qué traje, qué elegante!", a lo que la otra respondía: "Es que visto en Abelardo". Abelardo tenía también una cuña publicitaria para Navidad que decía: "Los reyes vienen cubiertos con elegantes tabardos. No es de extrañar que así sea, es que los viste Abelardo".
En Radio Hellín dábamos también necrológicas, decíamos los funerales que había, dábamos los avisos de pérdidas de objetos... Si a alguien se le perdía algo, iba a la emisora, y por una cantidad muy pequeñita se comunicaba por la radio lo que había perdido y más o menos el lugar por donde había sido. Muchas veces llevaban a las oficinas de la emisora el objeto que se había perdido.
Hay una anécdota graciosa de un señor que fue un día a anunciar que se le habían extraviado, o que le habían robado, un par de mulas. El caso es que se dio el anuncio de que había perdido las mulas y por la noche, cuando ya estaba cerrada la oficina, se presentaron con el par de mulas para devolverlas. La cuestión es que subieron con las dos mulas al tercer piso, donde estaban los locutores. Me imagino lo que sería subir el par de mulas escaleras arriba, que además eran escaleras de caracol. Os podéis imaginar cómo se quedó aquello...
En la sobremesa de los miércoles se emitían “Los comentarios hellineros de la tía Anica y el Tío Chanchero”, que tuvieron gran calado en la gente y de los que ya hablamos en la entrevista del número 16 de esta revista.
Un colaborador nuestro titulaba su programa “El rapsoda manchego”. Era un programa dedicado a la poesía, en el que el locutor recitaba sus poemas. Tenía sus oyentes, y es que no hay que olvidar que por aquellos años gustaba mucho la poesía.
Al margen de éstos, había otros espacios semanales en el "Programa de Sobremesa", que siempre se cerraba con un concierto de música, a veces clásica, otras veces moderna, a las cinco.
El "Programa de la tarde" comenzaba a las siete con el rezo del Santo Rosario, para ello solía ir a la emisora un sacerdote que lo dirigía. El día que no podía ir el sacerdote alguna locutora hacía las veces y lo rezaba ella. Los domingos retransmitíamos la Santa Misa desde la Parroquia de la Asución.
De rezar el Rosario pasábamos a un programa donde se dedicaban discos a distintas personas, hay que decir que tanto de Hellín como de los alrededores. Todos los días recibíamos numerosas cartas pidiendo discos, en las que se escribía una dedicatoria. La dedicatoria era leída por el locutor y a continuación se ponía la canción que pedía.
En ese "Programa de la tarde" había espacios especiales, como por ejemplo, "Carrusel". "Carrusel" era un programa infantil, del que nos mandaban el guión desde Madrid y lo grabábamos los locutores y las locutoras en nuestros estudios algún día antes del jueves que es cuando se emitía. Además de "Carrusel", para los niños había otro programa los domingos por la mañana. Era muy bonito; consistía en que los niños acudían a la emisora acompañados por sus padres a hacer sus gracias, como cantar, contar chistes... es decir, lo que los niños sabían hacer. Hay que decir que todos estos programas se hacían de cara al público, allí, en el escenario que había en la emisora, y claro, las cincuenta butacas que teníamos se llenaban de gente que iba a verlo en directo, y siempre faltaban butacas.
Después de los discos dedicados de la tarde, había programas especiales con colaboradores, que hacían sus intervenciones, y, cómo no, también había concursos que patrocinaban comercios, igualmente de Hellín como de fuera. Recuerdo que había un detergente que cuando lo comprabas te daban en las tiendas un vale, que rellenaban y lo depositaban en la emisora. Se fijaba una fecha para el sorteo y recuerdo que una vez se sorteó una máquina de coser que correspondió a una chica de Tobarra. Eran regalos buenos.
Otra casa de aquí patrocinó una marca de galletas e hicieron un concurso que consistía en ver quién comía más galletas en un tiempo determinado. Otra vez se hizo algo parecido con la gaseosa "La Casera", y el concurso consistía en ver quien bebía más gaseosa. En fin, se hacían cosas entretenidas. Por la noche, antes de conectar con Radio Nacional para emitir sus informativos, hacíamos nuestro boletín local con todas las novedades y noticias de Hellín y sus alrededores.
El "Programa de noche" era de un tema distinto cada día. Los lunes, por ejemplo, lo dedicábamos a la zarzuela, que por aquel entonces gustaba mucho. Hacíamos una introducción a cada una de las zarzuelas y después se ponía el disco. Otro día hacíamos “Canciones al viento”, que lo llevaba nuestro locutor Ángel Moreno, y consistía en seleccionar seis o siete canciones y con sus títulos formar un argumento que él iba narrando. Según se iba desarrollando el argumento se emitía la canción que correspondía.
Los jueves por la noche teníamos teatro; que a veces lo mandaban grabado de Madrid, pero que la mayoría de las veces lo grabábamos en la emisora los locutores y colaboradores de la misma. Grabábamos entremeses de autores famosos y en fin, todo aquello que se nos iba ocurriendo. Cuando llegaba la época del mes de noviembre hacíamos Don Juan Tenorio y lo emitíamos cada noche un acto. Hacía el personaje de don Juan el locutor Fernando Lazareno, con su voz tan bonita; Octavio Tomás hacía el comendador, yo hacía de Brígida y una locutora hacía de Inés, otra de Lucía; Incluso el cobrador de la emisora hacía algún papel, porque el Tenorio tiene muchos personajes, aunque algunos eran doblados. Por aquel entonces había venido un técnico para reparar una avería que había en el emisor y lo pusimos para que hiciera de Luis Mejías. En otro momento preparamos una comedia en tres actos titulada "Nuestras Chachas" sobre el servicio doméstico, interpretada por nuestro cuadro de actores, es decir locutores y locutoras, y que llevamos dos noches al Teatro Victoria, y también a Villarrobledo. Con esto obtuvimos fondos para comprar discos.
Además teníamos un programa deportivo que se llamaba "Gol", que lo hacía un empleado de la emisora que trabajaba en la oficina y que además era árbitro de categoría regional. Trataba de lo que había ocurrido el domingo en los partidos de fútbol.
Un programa muy importante era “La Caravana del sábado“ donde acudían aquellos que sabían hacer algo: unos cantaban, otros recitaban o tocaban instrumentos, contaban chistes, hacían imitaciones… cada uno lo que quería o sabía hacer. En fin, que para cada sábado había un programa, que tenía mucha audiencia, y con estos artitas noveles formábamos una caravana para actuar en los alrededores; y así fuimos con ellos a Tobarra, a las Minas, Elche de la Sierra.
También por la noche, a una hora avanzada, teníamos el programa “Noche de Ronda”, que era muy bonito. Aquí intervenían los muchachos que querían rondar a las chicas que les gustaban dedicándoles una canción. Su sintonía era, como no, la canción de Agustín Lara: "Noche de ronda".
Al margen de los programas de radio, Radio Hellín también hacía otras cosas de manera excepcional, como por ejemplo lo de "Los peregrinos de la caridad". "Los peregrinos de la caridad" eran un grupo de actores y actrices de Madrid, de unas diez-doce personas, entre ellos Fernando Sancho, Perla Cristal, Trini Alonso, Charito Maldonado, y otros que iban actuando, a donde los llamaban, con la intención de recaudar dinero para actos de caridad.
Vinieron a Hellín para una actuación, que consistió en que cada uno se puso con una escoba a lo largo de la calle del Rabal barriendo desde un extremo a otro, y a la gente que pasaba les pedían dinero que, los transeúntes echaban en el suelo, que ellos seguían barriendo, para luego recogerlo. La tarde en que llegaron fue algo espectacular; se citó por radio a quienes quisieran salir a recibirlos, y fueron muchos coches por la carretera hacia Albacete al encuentro de la compañía que venía en un autobús. No recuerdo el lugar donde se llegó a producir el encuentro. El regreso de toda esa comitiva fue de noche, y era impresionante ver en la carretera un coche tras otro de regreso a Hellín, todos ellos con los faros encendidos, de tal manera que por aquellos años parecía algo así como de otra galaxia, como una serpiente larga. Fue un acto muy original, ya que nunca se había visto en Hellín algo como lo que organizó al día siguiente esta gente en el Rabal. Recuerdo que se recaudó bastante dinero.
Otra cosa curiosa fue que a través de la emisora se reparó la cuarta columna del camino del Calvario o Via Crucis. Como consecuencia de la guerra y de todo lo que la guerra conllevó las catorce columnas del camino del Calvario estaban bastante deterioradas, unas más que otras. Algunas fueron restauradas porque estaban a cargo de ciertas familias de aquí que ya las habían arreglado, pero la cuarta columna seguía en muy mal estado. Un día se me ocurrió dar la voz a través del micrófono y pedir a las mujeres de Hellín que, como cosa de mujeres, reparásemos esa cuarta columna con nuestras aportaciones y con nuestra entrega. Recogimos el dinero suficiente para repararla y luego vestirla, pintarla, adornarla. Aquello resultó muy bonito gracias a la iniciativa de la emisora y de tantas mujeres que colaboraron. Y no puedo olvidar la Campaña de Navidad que cada mes de diciembre dedicábamos para obtener los fondos que después permitían adquirir turrones y juguetes para niños y familias necesitadas. Los populares personajes de Tía Anica y Tío Chanchero, atendían las llamadas por teléfono de todo el pueblo que respondía generoso.
ENTREVISTAS
También realizábamos entrevistas a personas de Hellín que por una cosa o por otra hubieran destacado en algo y, por supuesto, a los artistas que venían a actuar en nuestros teatros, porque entonces solían venir muchas compañías teatrales y de revistas. Iban a la emisora a que les entrevistáramos. A ellos les servía como publicidad y nosotros podíamos ofrecer a los radio-oyentes estas entrevistas siempre interesantes. Por otra parte, una vez al año, se realizaba otra cosa importante; la verbena de la radio, que tenía lugar una noche de la feria de Hellín en el local del Cinema Levante, situado donde ahora está el BBVA de la calle El Sol. El Cinema era un café-bar que daba a la calle, y que tenía detrás unido a él y separado por una cristalera grande una extensión amplia de terreno como a modo de patio, adornado con plantas. Al fondo del mismo se encontraba la pantalla del cine, al aire libre con numerosas filas de butacas y en los laterales había también mesas para que la gente, cómodamente sentada, pudiera ver la película y tomarse un refresco o un helado. Por entonces teníamos dos cines de verano, no solamente éste que era el más importante, sino que también se hacía cine de verano en la plaza de toros. Esos cines se han perdido, y yo los echo de menos porque al fresquito se estaba muy a gusto y se podían ver muchas películas. En la verbena de la radio traíamos atracciones importantes del momento, había bailes, concursos, sorteos entre los asistentes a la verbena, con regalos que ofrecía el comercio de Hellín: una olla a presión, un tostador, un frasco de colonia o una caja de medias. Era muy bonita, había gente que esperaba la verbena de la radio de año en año.
Otro evento importante que se realizaba cada año era la lectura del pregón de Semana Santa. Por aquellos años y mientras la emisora estuvo en activo, el pregón de Semana Santa se leía a través del micrófono de la radio. Recuerdo el año que mi tío Alejandro Tomás, que era el autor de los guiones de las conversaciones de la tía Anica y el tío Chanchero, hizo el pregón. Vino de Madrid y lo leyó él personalmente a través de la emisora. Otro año el pregón lo escribió una señora que era hellinera pero residía en Barcelona, ejerciendo como catedrática, doña Rosario Losada Jávega. Ella mandó el guión escrito, y como el pregón se daba unos días antes, y ella hasta los días críticos de Semana Santa no venía, fui yo quien leyó el pregón.
Tenemos que hablar de las excursiones que organizaba la emisora para sus socios, en las cuales visitábamos todas las playas cercanas a Hellín. Lo más lejos que llegamos en nuestros viajes creo que fue a Altea y Denia. Íbamos a Benidorm, San Juan, Alicante sobre todo a las Hogueras de San Juan, a las que no faltábamos ningún año. También hacíamos todos los años una excursión de un día a la feria de Albacete, e incluso fuimos a la feria de Villarrobledo. Había muchas cosas más pero han pasado más de cuarenta años y no las recuerdo.
Al final se cerró la emisora. El motivo fue porque hubo una limpieza de muchas emisoras pequeñas ya que interferían unas con otras, incluso llegó un momento que interferían con Radio Nacional de España, por lo que cerraron muchas en cada provincia y a la nuestra también le tocó. Las que autorizaron para la provincia de Albacete se quedaron en la capital.
La emisora estuvo abierta desde el año 1958 hasta el 1967, en los que yo estuve trabajando en ella, como jefe de programas. Cuando cerró, me dediqué por completo a mi casa y a mi familia, y como nada se había cotizado por nosotros, no nos quedó paga alguna.
Radio Hellín supone para mí un montón de recuerdos gratos en su mayoría, aunque también hubo alguna cosilla que no me hizo tan feliz, pero es mejor no recordarlo.

1 comentario:

JISE VILLENA dijo...

Yo viví esa época en la radio muy intensamente. Trabajaba enfrente en la imprenta Torres y cantaba uy colaboraba en la radio. Me ha agradado mucho leeros. Ya tengo 64 años.